Olaf Scholz durante el funeral de Thomas Oppermann en el Bundestag alemán el 28 de octubre de 2020 en Berlín (Crédito Olaf Kosinsky - con liga)_CN

Olaf Scholz durante el funeral de Thomas Oppermann en el Bundestag alemán el 28 de octubre del 2020 en Berlín (Crédito: Olaf Kosinsky vía Wikimedia Commons)

La crisis gubernamental alemana

Soluciones divergentes de una transición

Con dificultades económicas latentes y más problemas socioeconómicos en el horizonte, el gobierno alemán ha colapsado ante soluciones divergentes dentro de la coalición gobernante.

Por: Andrés Alejandro Araujo Bermúdez

Por: Andrés Alejandro Araujo Bermúdez

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La semana pasada, horas después de la victoria electoral de Donald J. Trump en Estados Unidos, la coalición que ha gobernado a Alemania desde 2021 se colapsó, lo que llevó al colapso paralelo del gobierno alemán. Esta crisis es la culminación de meses de conflictos internos dentro de dicha coalición, principalmente por diferentes puntos de vista en cuestiones presupuestarias y en materia de políticas económicas (Marsh & Rinke, 2024). En Consecuencia, la situación ha generado incertidumbre por la derrota que implica para los partidos tradicionales, como el Partido Socialdemócrata de Alemania (Sozialdemokratische Partei Deutschlands en alemán, SPD) y la ventana de oportunidad que podría generar para el Partido Alternativa para Alemania (Alternative für Deutschland en alemán, AfD).

Ante la incertidumbre que ha generado esta crisis, es importante analizar la situación alemana tomando como referencia los antecedentes históricos, pero, más aún, el panorama geopolítico y las implicaciones de los ciclos económicos que existen dentro de los sistemas económicos internacionales. Con esto, el presente análisis plantea ubicar la importancia de la situación por la que atraviesa la nación alemana y poder contextualizar la ruptura en la coalición gobernante.

La cuestión alemana

Desde el siglo XIX, Alemania se ha caracterizado por ser una formidable potencia industrial, la desventaja ha sido que, a la par de su industrialización, también se convirtió en una economía exportadora. Esta realidad económica se consolidó con su unificación en 1871 y se ha mantenido desde entonces como el dilema económico alemán, sumando una dimensión más a lo que se conoce como la ‘cuestión alemana’. Esta cuestión trata, en esencia, sobre qué papel económico y militar asumirá Alemania en el continente europeo y cuál será su reacción a las diferentes crisis que se puedan crear en la península europea. Al ser una potencia dependiente del consumo externo, su economía es altamente vulnerable y su estabilidad y prosperidad se encuentran, en cierta medida, fuera de sus manos. Paralelo a la vulnerabilidad económica, el papel geopolítico de Alemania en Europa también es una preocupación para Berlín. Cuando Alemania se unificó, al mismo tiempo creó una potencia geopolítico-militar que se encontraba enjaulada entre naciones potencialmente hostiles: Francia y Rusia. Estas potencias no serían hostiles por razones ideológicas y ambiciones nacionalistas, sino por el simple hecho de que una Alemania unida representaba un desafío existencial para estas potencias europeas.

Pintura por Pierre Georges Jeanniot de la batalla de Mars-La-Tour durante la Guerra Franco-Prusiana de 1870-1871, en el Museo de Bellas Artes de Pau (Crédito: Base Joconde vía Wikimedia Commons)

Francia intentó impedir su unificación en 1871, pero fue derrotada brutalmente por el Ejército prusiano, ejército al cual se le debería atribuir en gran medida la derrota de Napoleón Bonaparte en el campo de batalla, aunque el Reino Unido y Rusia hayan desgastado al imperio de Napoleón, fue el Ejército prusiano el cual dio el golpe de gracia a las fuerzas napoleónicas en 1815. En efecto, las Guerras Napoleónicas abrieron la puerta para el ascenso de Prusia y marcaría el ascenso de Alemania como nación, unida a finales del mismo siglo (Friedman, 2010). Desde entonces, Alemania intentó en dos ocasiones lidiar con sus dilemas económicos y geopolíticos mediante el uso de la fuerza, las cuales llevaron a las guerras mundiales del siglo XX, que destruyeron a Europa y terminaron con el predominio imperial europeo. 

A finales del siglo XX Alemania no dejaría de ser central para el futuro de Europa, eso se dio a notar con la creación de la Unión Europea (UE), organización supranacional (solamente en algunos sentidos) la cual se encuentra, en cierta forma, bajo el dominio alemán. El Tratado de Maastricht, como señala Friedman (2018), fue el intentó por conciliar las preocupaciones alemanas, al entrelazar al país económicamente con el continente que ha buscado dominar y moldear para alcanzar sus imperativos geopolíticos. De esta forma, se minimizaron las necesidades de resolver las disputas o los dilemas alemanes por las vías armadas, con la lógica de que la interdependencia disminuye las posibilidades de una guerra por el costo que conllevaría.

Aunque el dilema geopolítico se resolvió con la ocupación de Europa por Estados Unidos y la Unión Soviética y la creación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, la vulnerabilidad de la dimensión económica nunca fue resuelta. Alemania continúa siendo el motor económico de Europa, pero sigue siendo dependiente del comercio exterior y, por ende, de que los mercados ajenos a su control directo continúen adquiriendo sus bienes. La importancia de la dimensión económica proviene del impacto social que puede tener sobre Alemania una crisis en dicha área. En países como China, las crisis económicas llevan a inestabilidad social y crean una crisis política y de seguridad al interior del territorio chino, pero no afectan a países vecinos, cuando eso sucede con Alemania la inestabilidad social se convierte en la misma fuerza que atenta contra la seguridad regional europea y la seguridad internacional

Christian Lindner, exministro de Finanzas de Alemania, en la IV junta ministerial del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros (ECOFIN) el 18 de enero del 2022 (Crédito: ALDE Party vía Flickr)

La dimensión económica de la crisis

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el status quo político que ha dominado al país desde la década de 1950 se ha aferrado a ciertos objetivos socioeconómicos, con el fin de mantener su estabilidad social y política. Sin embargo, el problema es que dicho modelo económico, aunque pudo mantenerse en pie por las últimas décadas, incluso durante la reunificación alemana después de la caída de la Unión Soviética y el bloque comunista europeo, parece estar llegando a su fin. Las razones detrás de su paulatino fin son la Unión Europea y el panorama geopolítico.

Por un lado, se supone que la Unión Europea iba a proveer prosperidad y paz continuas, pero si ya no puede proveer la primera, entonces la segunda también se encuentra en riesgo. Uno de los problemas fundamentales de la UE es que ha querido convertirse en una institución pseudo-gubernamental supranacional, sin embargo, cada país tiene su propia economía y sus propias necesidades, la dispareja respuesta a la crisis del 2008 demostró la realidad sobre los límites y lo que realmente era la UE, una institución bajo influencia — o dominio — alemán, ya que la respuesta financiera favoreció a Alemania por encima de países como Grecia. Esto se entrelaza con el problema geopolítico. Durante la década de 1990 y los primeros 7 años del siglo XXI, la prosperidad era floreciente, pero después del 2008, las incursiones militares estadounidense y de otras potencias europeas (como el Reino Unido y Francia) al mundo musulmán, la subsecuente crisis de refugiados y la anexión rusa de Crimea comenzó a debilitarse. El mayor error de Bruselas (capital de la UE) fue que esta misma intentó imponer soluciones, que, aunque el objetivo haya sido quitar presión de algunos países y compartir la carga de lidiar con algunas crisis, como la de los refugiados, impuso una voluntad por encima de poblaciones civiles que no se encontraban en las condiciones de aceptar dicha presión. Francia, por ejemplo, al igual que el resto de Europa, no cuenta con la economía para integrar a las masas de refugiados como lo habían hecho en las décadas de 1950 y 1960, facilitando así las tensiones y confrontaciones sociales (Araujo, 2023).

El panorama geopolítico simplemente no favorece la prosperidad continua e ininterrumpida que la Unión Europea prometía desde su fundación. Eso, a su vez, también tuvo consecuencias para Alemania. Pese a que en ocasiones los economistas debaten sobre si el desarrollo y el crecimiento pueden ir de la mano, la realidad es que, aunque es cierto que el crecimiento no es infinito, tampoco lo es la distribución de la riqueza. Una de las razones por las que la Unión Soviética colapsó fue porque esta fue incapaz, a diferencia de Estados Unidos, de realizar una transición de su ciclo de distribución de riqueza — periodo económico socialista de carácter fundamentalista — a uno de generación de riqueza, el cual iba a ser liderado por el socialismo-tecnocrático. Estados Unidos es uno de los pocos países en donde se ha podido apreciar un cambio de tal magnitud, en donde el sacrificio de la estabilidad social puede ser sostenido por 50 años a favor del crecimiento, para luego seguir con 50 años de distribución para disminuir esa presión socioeconómica (Friedman, 2010). Pocos países han logrado eso por cuestiones que, en esencia, son geopolíticas. (Entre las crisis transicionales estadounidenses más notables, destacan las de la década de 1930 y la década de 1970, aunque también se pueden observar en las décadas de 1820 y 1870, algo similar estaría sucediendo esta década de 2020.)

Esta ruptura que generó el colapso del gobierno alemán se está dando por la crisis que resulta de dicha transición, por lo menos si nos enfocamos en la dimensión económica. Mientras que la crisis de refugiados y otros retos para la estabilidad internacional han contribuido a la dimensión geopolítica de esta transición. El documento político del exministro de finanzas, Christian Lindner, precisamente señala como el aparato burocrático alemán ha crecido demasiado y como los gastos en Bienestar han extraído recursos de otras áreas, como la defensa nacional (von der Burchard et al., 2024; Lindner, 2024). El problema aquí recae en que Alemania deberá decidir cómo hacer su transición de un modelo o ciclo de distribución de la riqueza a uno de crecimiento y generación de riqueza. Todo mientras el ambiente económico y geopolítico parecen seguir empeorando para la república alemana.

Fotografía de la Cuadriga de la Puerta de Brandenburg, Berlín, Alemania en 2016 (Crédito: Diego Delso vía Wikimedia Commons)

¿Un horizonte desalentador?

Como ya se mencionó, la economía alemana depende de que otros compren el exceso producido por el país, ya que su propio mercado no da abasto para su industria y sus necesidades económicas. Actualmente, los principales mercados son Europa, Estados Unidos y China, lo que vuelve estos países (y continente en el caso europeo) cruciales para la prosperidad alemana. El problema es que los tres mercados se encuentran en crisis y dos con un futuro muy desalentador en el sentido económico.

La mayoría de los estudios, ensayos, reportes, análisis y artículos sobre las principales economías internacionales, como Francia y Estados Unidos, con excepción de la economía china, pintan un panorama alentador y positivo (Araujo, 2024b). Cuando uno busca artículos sobre la economía estadounidense o la economía francesa normalmente se escribe que, de acuerdo con algunas métricas macroeconómicas, las economías están sanas y fortalecidas, destinadas a continuar creciendo. Estos mismos llegan a incluir que eso no necesariamente se refleja en el sentimiento social, ya que los franceses y los estadounidenses hablan sobre cómo sus economías se encuentran en malas condiciones, pero estos analistas siempre minimizan o desacreditan estos sentimientos.

Estos sentimientos no son de unos pocos, sino que son generalizados y eso se debe al alto costo de vida en estos países, algo que se puede presenciar en especial con el costo de la renta o el costo total de las casas y departamentos. Esta sería una de las principales razones por las que Donald J. Trump ganó las elecciones en Estados Unidos (Araujo, 2024b). Esta desconectividad no permite comprender la profundidad de la problemática y cómo es que estas circunstancias socioeconómicas están contribuyendo enormemente a las respuestas agresivas, violentas o drásticas en contra de la inmigración (Araujo, 2023; Henderson & Lemon, 2024). Esto tampoco permite notar cómo estas circunstancias también están contribuyendo al empoderamiento de los movimientos radicales sociopolíticos, como el AfD en Alemania.

Al igual que el resto del mundo, Europa enfrenta una grave complicación económica porque los sistemas económicos tienen ciclos engranados dentro de los mismos, estos ciclos se deben al hecho de que el crecimiento o la distribución no son infinitas y deben estar en continua transición. Son estas transiciones las que generan conflictos y dificultades sociales. El modelo económico de las últimas décadas ya está entrando en crisis y la situación geopolítica tampoco favorece su continuidad. Francia y Alemania están destinadas a un choque político-financiero, debido a que Francia se encuentra ante una situación en la que necesita realizar cambios drásticos a sus finanzas públicas para sostener su estabilidad sociopolítica (Araujo, 2024a). A esto se le debe sumar el hecho de que muchos países en el mundo, en especial Estados Unidos, también muestran señales de estar dirigiéndose a una recesión sin precedentes, pero el mayor desafío será China.

Desde la pandemia del COVID-19, el país asiático no se ha podido recuperar, en parte por el golpe de la pandemia, pero también porque su ciclo de crecimiento económico productivo está llegando a su fin después de 40 años. En términos históricos, durante la quinta década del ciclo de crecimiento acelerado siempre surgen dificultades para sostener el crecimiento en cualquier fábrica del mundo, como fueron los casos de Estados Unidos y Japón en sus respectivos momentos económico-históricos. Sin embargo, China podría enfrentar un escenario mucho más precario que Estados Unidos o Japón debido a que no se encuentra en las condiciones geopolíticas o sociales para resistir el impacto de una depresión económica. 

En cierta forma, todos los mercados de Alemania se encuentran en crisis y, como consecuencia, sus exportaciones están sufriendo, condición comercial que se suma a una creciente competencia de fabricantes de otros países, como China y conflictos comerciales con Estados Unidos y China. Una vez las crisis en estos países se consoliden y estallen, la situación macroeconómica alemana empeorará.

Conclusiones

Estas dificultades anteriormente señaladas no implican que el país alemán se enfrentará a décadas de problemas. Esto, como se señaló, es el resultado del fin de un ciclo en varios países, tanto a nivel doméstico como a nivel internacional, por el ciclo de producción económica mundial. Así mismo, esto significa que China será reemplazada por otros motores económicos que liderarán el siguiente ciclo económico. Entre ellos estarán países como Vietnam, Polonia, Indonesia y México. Todos estos países prometen volverse motores económicos importantes (de diferente calibre) y tendrán clases medias que buscarán adquirir productos. De igual manera, estos países impulsarán económicamente a regiones aledañas por el exceso de capital que generarán, similar a como Alemania y Japón lo hicieron en su momento. Pero eso no significa que el intervalo de tiempo entre el inicio de la peor etapa de la crisis transicional y el final del reajuste cíclico de la economía será fácil.

Alemania se encuentra en un punto de inflexión cuyos indicios se notaron desde mediados de la década de 2010, pero se han disparado esta década. El país todavía ha sido incapaz de realmente decidir cómo resolverá los problemas de esta crisis, pero el modelo político-económico, incluso la estructura del sistema federal, se volverán objeto de debates durante los próximos años. Scholz es partidario del viejo modelo político-económico alemán y su incapacidad (o su falta de voluntad) para adaptarse, se ha mostrado con la crisis que generó esta ruptura. El partido de Scholz, el SPD, también enmarca al viejo ciclo económico alemán y es probable que experimenten más retrocesos político-electorales antes de que pueda adaptarse al nuevo panorama y lo que será el nuevo ciclo económico alemán. 

Araujo, A.-A. (2023). Las caóticas protestas de Francia: Una peligrosa sorpresa. Código Nexus, 1(2), 46-58. https://codigonexus.com/wp-content/uploads/2024/07/2-ED-CN-2023.pdf#page=24

Araujo, A.-A. (2024a, julio 18). La crisis política en Francia (y en Europa): El trasfondo de la problemática francesa. Código Nexus. https://codigonexus.com/la-crisis-politica-en-francia-y-en-europa/

Araujo, A.-A. (2024b, noviembre 9). La victoria electoral de Donald Trump: Reevaluación y realidad. Código Nexus. https://codigonexus.com/la-victoria-electoral-de-donald-trump/

Connolly, K. (2024, 25 enero). German defence minister says military is unfit for problems Europe faces. The Guardian. https://www.theguardian.com/world/2024/jan/25/german-defence-minister-boris-pistorius-military-unfit-europe-problems

Friedman, G. (2010). The Next 100 Years: A Forecast for the 21st Century. United States: Anchor Books.

Friedman, G. (2018, 26 febrero). The German Question. Geopolitical Futures. https://geopoliticalfutures.com/the-german-question/

Henderson, B., & Lemon, J. (2024, 2 septiembre). AfD Makes German Election History 85 Years After Nazis Started World War II. Newsweek. https://www.newsweek.com/afd-germany-state-election-far-right-nazis-1947275

Lindner, C. (2024). WIRTSCHAFTSWENDE DEUTSCHLAND: KONZEPT FÜR WACHSTUM UND GENERATIONENGERECHTIGKEIT. En Politico. Bundesministerium der Finanzen. Recuperado 6 de noviembre de 2024, de https://www.politico.eu/wp-content/uploads/2024/11/01/20241031_Anlage_Schreiben_BM_Lindner_Konzeptpapier_-2-clean.pdf

Marsh, S., & Rinke, A. (2024, 7 noviembre). Germany faces snap election as Scholz’s coalition crumbles. Reuters. https://www.reuters.com/world/europe/germanys-awkward-coalition-faces-make-or-break-moment-2024-11-06/

Von der Burchard, H., Nöstlinger, N., & Buchsteiner, R. (2024, 6 noviembre). Scholz sets stage for German snap election as government collapses. Politico. https://www.politico.eu/article/germany-coalition-government-collapse-olaf-scholz-finance-minister-christian-lindner/

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