La estabilidad económica y social para el próximo 2022 se vislumbra con una serie de altibajos que, a pesar de ser tema primordial para los gobiernos del mundo, sobre el cual se encuentran trabajando para amortiguar el impacto, cuenta con zonas de riesgo para diversos ámbitos industriales, siendo por mucho uno de los más afectados el automotriz, sumándose la crisis del litio a la lista de los problemas a los que ya se enfrenta.
Recientemente Benchmark Mineral Intelligence presentó un análisis de mercado sobre la innegable preocupación que genera la escasez de litio como suministro esencial para los fabricantes de coches europeos, que ya anuncian futuras producciones de vehículos eléctricos en su totalidad para la próxima década.
Se dijo que a menos que sea visible una inversión significativa e inminente en grandes depósitos de litio comercialmente viables, esta escasez se extenderá hasta el final de la década, pero por otro lado se ha señalado que precisamente parte del problema es que, aunque el valor del litio ha subido en los últimos años, ese incremento aún no ha sido suficiente para provocar grandes inversiones en nuevas explotaciones mineras.
Demanda
Estudios destacan que es probable que la demanda de litio sea mayor a 4.5 millones de toneladas para el 2030 y el hecho de que sea en China donde se encuentra el 60% de sus reservas, pone en riesgo el suministro seguro para Europa, Estados Unidos y los demás países del mundo. A partir de enero pasado, el carbonato de litio ha incrementado su valor en un 300%, debido a la explosión en el mercado de los autos eléctricos.
Este hecho pesa en los balances de los fabricantes añadiendo unos US$470 al costo de fabricación de un auto con batería. Mientras que diversas empresas chinas que suministran litio han llamado la atención de inversionistas y Tibet Summit Resources subió un 250% en acciones, así como Tianqi Lithium se han revalorizado con un 205%.
En China, las reservas de litio son consideradas las cuartas más grandes del mundo, el metal plateado se encuentra en su mayoría en los lagos salados alrededor del Tíbet y Qinghai, provincia de poca población de elevadas altitudes, que dificulta su refinamiento y transportación.
Aunque la producción de litio en el lago Qinghai se duplicó en el 2021, su demanda se ve superada por la oferta y para balancear el efecto, China realiza la importación del 70% del suministro que requiere de fuera; así lo indicó el vicepresidente del grupo experto automotriz EV 100.
La acelerada producción que se espera en vehículos eléctricos, implica que las empresas redoblen esfuerzos y garanticen desde ahora la disponibilidad del preciado elemento químico. Aunado a esto, la crisis de los microchips aumenta la tensión en la industria, sumándose al conflicto e intensificando la competencia en la que, sin duda, China jugará un importante papel.