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La disputa geopolítica entre Tayikistán y Kirguistán por los recursos naturales

Una lucha por tierra y agua

Kirguistán y Tayikistán se encuentran en una encrucijada por dominar el suministro de agua y por el control de las tierras para pastura.

Por: Andrés Alejandro Araujo Bermúdez

Por: Andrés Alejandro Araujo Bermúdez

Tabla de contenidos

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Desde el 2021, las tensiones fronterizas, por el control del suministro de agua y de las tierras de pastura entre Kirguistán y Tayikistán han asumido un carácter político-militar con el comienzo de múltiples enfrentamientos armados intensos entre los cuerpos de seguridad fronteriza de ambos países. Estas confrontaciones han causado más de 100 muertes, herido a cientos de civiles y a agentes de seguridad fronteriza y desplazado a miles de civiles de sus hogares en las áreas en disputa. Aunque ha habido negociaciones por disminuir las tensiones entre ambos países, los gobiernos de Biskek (capital de Kirguistán) y Dusambé (capital de Tayikistán) han militarizado sus fronteras y buscado sobrepasarse militarmente unos a otros por medio de una carrera armamentista, incrementando las posibilidades de una guerra convencional entre las naciones centroasiáticas (Usmanov, 2022; Petersen, 2023; Blue Domes, 2023).  

Esta rivalidad geopolítica en la periferia rusa no solo atenta contra la estabilidad de Asia Central, sino que también amenaza la seguridad nacional de países aledaños, lo que aumenta la gravedad del conflicto y sus repercusiones. 

La rivalidad kirguís- tayika en contexto

El embate geopolítico entre los estados de Tayikistán y Kirguistán tiene dos dimensiones geopolíticas importantes: una político-fronteriza y otra enfocada en el acceso a los recursos naturales, como el agua y las tierras para pastura. En el siglo XX, el territorio entre las dos naciones fue creado por el estado soviético tomando en cuenta las ubicaciones de los diferentes grupos étnicos en la región, en el caso de las demarcaciones de las fronteras de Uzbekistán, Tayikistán y Kirguistán se consideraron solamente a: los turcos, los uzbekos y los kazajos. Durante el siglo pasado, bajo dominio de la Unión Soviética, estas fronteras eran respetadas, principalmente porque las autoridades soviéticas aseguraban la paz, la seguridad regional y un acceso igualitario a los recursos naturales en la región a todos los grupos étnicos, por ende, no había posibilidad de que surgieran conflictos fronterizos o por el acceso al agua o a tierras para pastura (Kurmanalieva, 2019). 

Con el fin de la Unión Soviética, los problemas comenzaron a surgir en el escenario geopolítico regional, no obstante, la influencia rusa todavía fue capaz, por algún tiempo, de dominar la arquitectura política regional y evitar que surgieran tensiones geopolíticas. Sin embargo, últimamente Rusia ha empezado a perder terreno político frente a Turquía e Irán (al igual que a China y Estados Unidos) y su influencia solo se degrado más con el inicio de la Guerra de Ucrania. Ahora, Moscú ha resultado ser incapaz de influir en los sucesos de su periferia exsoviética, llevando a que empezaran a desarrollarse conflictos entre las naciones centroasiáticas, cómo es el caso de Tayikistán y Kirguistán. 

Ambas naciones se encuentran en una encrucijada, no solo por materializar sus respectivas visiones de las fronteras políticas, sino también por poder asegurar un acceso continuo a los recursos naturales, a las tierras para pastura y al agua. Esta rivalidad se ha realizado de dos formas: enfrentamientos entre comunidades de diferentes etnias y enfrentamientos armados entre las fuerzas armadas y los cuerpos de seguridad fronteriza (militarizadas) de ambas naciones (Kurmanalieva, 2019; EFE, 2022). En algunos casos, Kurmanalieva (2019), señala que los miembros de una comunidad étnica (civiles) tienden a bloquear las calles de las otras comunidades étnicas o a cortar el acceso al agua durante las temporadas de irrigación y viceversa, asumiendo así una dimensión simultáneamente social y geopolítico-militar, empeorando el panorama político bilateral y complicando cualquier intento por negociar diplomáticamente las disputas. 

Soldados kirguises junto a un sistema de misiles de defensa aérea Pechora-2 BM de fabricación bielorrusa (Fuente: Presidencia de Kirguistán)

Desde el 2021 se han podido observar distintas conflagraciones armadas entre ambas naciones, que hasta el momento se han limitado a las zonas fronterizas de ambos países y no han sido de gran escala o alta intensidad, en el sentido de que no se han desplegado grandes cantidades de efectivos o equipo militar y los enfrentamientos no se han dado simultáneamente en grandes extensiones territoriales (EFE, 2022). Actualmente, el problema es que las dos partes se han enfrascado en una carrera armamentista, intentando superarse mutuamente, lo que podría aumentar la intensidad y escala de las confrontaciones. Mientras que Turquía y Bielorrusia se han vuelto los estados patrocinadores y suministradores de drones (de combate y reconocimiento), vehículos y sistemas de defensa aéreos de Biskek. Por su parte, Irán, los Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos han respaldado (indirecta y directamente) los esfuerzos militares de Dusambé al suministrarle drones (de combate y reconocimiento), equipo militar (como anteojos de visión nocturna) y proporcionándole apoyo técnico-militar (mediante entrenamiento y capacitación) para profesionalizar a sus fuerzas armadas (Petersen, 2023; Blue Domes, 2023). 

En el ámbito político, la retórica y el actuar de los funcionarios tampoco ha ayudado a disminuir las tensiones, aunque tampoco es algo posible debido a las restricciones internas y las divergentes necesidades geopolíticas de ambos estados. Petersen (2023) escribió como el Ministerio de Defensa de Kirguistán ha creado una nueva doctrina de seguridad nacional donde pone el conflicto fronterizo con Tayikistán como uno de los principales temas de la agenda de defensa de la nación. Así mismo, el jefe de los servicios de seguridad de Kirguistán, Kamčybek Tašiev, advirtió recientemente que, si Tayikistán “no renuncia a sus pretensiones” territoriales, el estado de Biskek podrá hacer uso de documentos encontrados recientemente, que validan la postura territorial de Kirguistán, insistiendo al mismo tiempo que cuentan con la fuerza y las posibilidades de respaldar su postura (Rozanskij, 2023).

Es obvio que los problemas políticos, específicamente los fronterizos, ya existían previo a las actuales rondas de confrontaciones político-militares. Empero, existen dos factores que han contribuido a que empeore el panorama regional centroasiático. Un factor sería la decadencia de Rusia como potencia regional-global y el surgimiento de nuevas potencias como Turquía o China. Incluso, el creciente interés de otros centros de poder internacional como Estados Unidos, será fundamental para el desarrollo del contexto geopolítico y económico de Asia Central, especialmente por el cambio en la dinámica económica internacional (Sitenko, 2023).

El otro factor sería el impacto del cambio climático en el medio ambiente y el panorama meteorológico, al afectar a las lluvias y producir sequias o inundaciones más intensas. Esto, a su vez, tiene un impacto en la cantidad de agua disponible para el consumo doméstico y el agrícola, lo que empeora los problemas que enfrentan las comunidades y los estados de Tayikistán y Kirguistán. 

La intromisión de estados extranjeros en los asuntos bilaterales de ambas naciones, la deteriorante situación en Afganistán y la poca iniciativa por encontrar una solución diplomática aumentan el riesgo de que estalle un conflicto armado convencional entre ambos estados por el agua y las tierras para pasturar. Lamentablemente, las soluciones necesarias para asegurar una buena convivencia entre los países no podrán concretarse bajo el contexto geopolítico existente, el cual no es propicio para la creación de instituciones supranacionales intergubernamentales o no gubernamentales o para la cooperación bilateral en el manejo compartido de dichos recursos. 

Perder a Rusia como potencia omnipresente en los asuntos regionales, les ha dado la libertad a los estados centroasiáticos de perseguir sus propios intereses sin preocuparse de alguna respuesta por parte del Kremlin. En los últimos 3 años, se ha observado como la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva de la Federación Rusa se desmorona, con los recursos rusos enfrascados en Ucrania y la creciente influencia de otras naciones que se refleja con ayuda militar y financiera, dando un impulso a las aspiraciones nacionales de Biskek y Dusambé. Las probabilidades de una guerra abierta entre ambos países solamente crecen con el tiempo debido a los factores tanto humanos (políticos) como naturales (climáticos) y no se podría descartar el estallido de un conflicto armado en Asia Central.  

Personal militar de las Fuerzas Armadas de Tayikistán durante un desfile militar para conmemorar el 70º aniversario de la Victoria en la Gran Guerra Patria de 1941-1945 (Fuente: Oficina de la Presidencia de la Federación Rusa vía Wikimedia Commons)

Consecuencias continentales

Aunque sería difícil que una posible guerra entre ambos países involucre directamente a más estados externos a la región, como Irán, China o Turquía, si es posible que otros países centroasiáticos, como Uzbekistán, se vean inmiscuidos en las confrontaciones militares. De igual forma, las tensiones entre Rusia y las demás potencias, como China, Turquía e Irán, aumentarán conforme se desarrolle la rivalidad kirguís – tayika. Los gobiernos de Kirguistán y Tayikistán buscarán que Pekín, Teherán o Ankara inviertan más esfuerzos para fortalecerlos militar y económicamente, lo que probablemente harán por su propia cuenta para reforzar su presencia en la región. 

No obstante, llegue a estallar una guerra o no, la simple carrera armamentista entre los dos países los fortalecerá de tal manera que las relaciones con otras naciones, como Afganistán, Uzbekistán y Kazajistán, podrían cambiar considerablemente. Estará en el interés de otros estados intentar asegurar que la balanza de poder no cambie lo suficiente como para incentivar a Tayikistán o Kirguistán a querer aplicar esa fuerza en otra áreas o problemáticas de seguridad nacional. Sin duda alguna, el incremento de la influencia de China, Estados Unidos y Turquía, así como de otras potencias, se traducirá en una rivalidad, no solo entre las potencias, sino entre sus estados patrocinados en la región. Todos los estados centroasiáticos tendrán que prepararse para un posible enfrentamiento militar entre Biskek y Dusambé. De la misma manera, otras naciones como Kazajistán o Uzbekistán podrían intentar aprovecharse de una guerra entre ambas partes para reforzar su posición en la región. En este momento, las naciones centroasiáticas se encuentran en una década de tremendos cambios políticos, como lo sucedido en Kazajistán con las protestas en enero del 2022. Estos cambios tendrán repercusiones para la seguridad nacional de cada nación y sus respectivas doctrinas de defensa.  

Lo que, si aumentará con certeza, será la probabilidad de una confrontación geopolítica en Asia Central entre las diferentes potencias involucradas, incluso China y Rusia, aunque sean considerados ‘aliados estratégicos’, podrían competir conforme Pekín desarrolle mayor interés por el resultado de los distintos eventos políticos regionales y Rusia continue debilitándose. El caso de Azerbaiyán-Armenia sirve de ejemplo, por la intervención turca que se realizó no solo con él envió de drones artillados, sino también de mercenarios sirios. De ahí, la intervención de cualquier estado podría darse con un aumento en la presencia de mercenarios extranjeros en la región, así como de grupos paramilitares privados. 

China e Irán, junto con otras naciones, deberán reevaluar sus posturas respecto a la región. Una guerra de gran escala podría desencadenar un éxodo masivo de refugiados, que podría tener consecuencias sociales y económicas a nivel regional. Irán, por ejemplo, no podrá permitirse desviar recursos en el caso de que la crisis kirguís-tayika se fuera a salir de control, especialmente considerando que Azerbaiyán podría estar planeando más operaciones militares en el Cáucaso, complicando aún más las cosas para las regiones de Irán que tienen frontera con Azerbaiyán y Armenia. China tampoco podrá darse el lujo de no reaccionar, especialmente con una recesión económica en el horizonte que desafiaría su estabilidad política y agravaría las tensiones sociopolíticas en Xinjiang. Rusia enfrenta retos comparables a los de Irán y China, estando además comprometida en Ucrania. Estos factores solamente aumentan la gravedad de la crisis política regional e incrementan la cantidad de variables que podrían intervenir en caso de que la situación se fuera a deteriorar.

Asia Central podría estar frente un panorama geopolítico altamente peligroso, no solo para la estabilidad regional, sino para la seguridad internacional misma y los derechos de la población civil. Pero la región centroasiática no será la única perjudicada por el cambiante paisaje político internacional. En todo caso, el ambiente político de Asia Central podría servir como ejemplo de lo que se aproxima en otras regiones en el mundo, además del Cáucaso, los cuales no solo serán afectados por la salida de Rusia del escenario global como potencia, sino por el surgimiento de otras potencias y una multitud de factores más, como el cambio climático. 

Referencias

Blue Domes. (2022, May 25). Turkey and Central Asian military cooperation: more than just drones. Blue Domes. Retrieved October 1, 2023, from https://bluedomes.net/2022/05/25/turkey-and-central-asian-military-cooperation-more-than-just-drones/ 

EFE. (2022, September 16). Se reaviva tensión entre Kirguistán y Tayikistán con nuevo choque fronterizo. SWI swissinfo.ch. Retrieved October 2, 2023, from https://www.swissinfo.ch/spa/kirguist%C3%A1n-tayikist%C3%A1n_se-reaviva-tensi%C3%B3n-entre-kirguist%C3%A1n-y-tayikist%C3%A1n-con-nuevo-choque-fronterizo/47905336

Kurmanalieva, G. (2019). Kyrgyzstan and Tajikistan: Endless Border Conflicts. EUCACIS Online Paper, 4, 2627–7204. https://www.cife.eu/Ressources/FCK/EUCACIS_Online%20Paper%20No%204%20-%20Kurmanalieva.pdf 

Petersen, S. (2023, August 28). Perspectives: Kyrgyzstan and Tajikistan building up for another potential round of fighting. Eurasianet. Retrieved October 1, 2023, from https://eurasianet.org/perspectives-kyrgyzstan-and-tajikistan-building-up-for-another-potential-round-of-fighting 

Rozanskij, V. (2023, 22 septiembre). Nuevas tensiones también entre Kirguistán y Tayikistán. PIME asianews. Recuperado 8 de octubre de 2023, de https://www.asianews.it/noticias-es/Nuevas-tensiones-tambi%C3%A9n-entre-Kirguist%C3%A1n-y-Tayikist%C3%A1n-59204.html 

Sitenko, A. (2023, 28 septiembre). The Central Asian states are stepping up their game. IPS. Recuperado 8 de octubre de 2023, de https://www.ips-journal.eu/topics/foreign-and-security-policy/the-central-asian-states-are-stepping-up-their-game-7020/ 

Usmanov, D. (2022, 2 febrero). Kyrgyzstan, Tajikistan: More weapons, less certainty at the troubled border. Eurasianet. Recuperado 8 de octubre de 2023, de https://eurasianet.org/kyrgyzstan-tajikistan-more-weapons-less-certainty-at-the-troubled-border 

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