Un nuevo elemento se suma a la lista de materias primas que atraviesan crisis en su producción tras casi dos años de pandemia a nivel mundial: El magnesio. Esta materia prima se utiliza en la fabricación de aleaciones de aluminio que permiten la elaboración de automóviles y cuyo principal productor es China.
Durante los meses de septiembre y octubre, la cadena de producción tuvo un notorio estancamiento como parte de la crisis energética actual de China donde se vivieron severos apagones de electricidad. Por su parte, Pekín se mantiene en pie de lucha ante la creciente demanda de sus exportaciones, mientras que hace una notoria reducción en el uso del carbón.
La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) , liderando a 11 agrupaciones más, lanzó una advertencia durante octubre en la que se hizo pública la escasez de magnesio. Lo anterior, debido a que el 95% del suministro que requieren procede precisamente de China, quien además se encarga de producir el 90% de magnesio que se utiliza en el planeta.
Esa poca oferta representa un riesgo, pues no existen fuentes alternativas que hagan posible adquirir el componente que no solo pone en jaque a la mencionada industria automotriz, si no que además, la electrónica de consumo, el embalaje y los electrodomésticos podrían sufrir pérdidas masivas de producción a partir del 2022.
En consecuencia, el precio del magnesio se eleva entre 10 mil y 14 mil dólares por tonelada, cuando anteriormente su costo era de 2 mil. Sin embargo, gracias a que los productores de la provincia china de Shaanxi retomaron un 80% de su capacidad podría ser que los precios alcancen cierta estabilidad a mediano plazo.
Analistas europeos consideran riesgoso que China, a la primera oportunidad, priorice a sus propios productores buscando ablandar las restricciones que las autoridades locales impusieron a por lo menos 35 empresas productoras que se vieron obligadas a detener su proceso de extracción del mineral que resulta tan esencial para la fabricación de hojas de aluminio o titanio.
