**Éste reporte especial fue originalmente publicado en octubre del 2022**
El gobierno ruso ha cambiado su estrategia en la guerra con la movilización de 300,000 reservas, aunque existen dudas sobre las capacidades de Rusia en poder movilizar efectivamente a sus nuevas tropas.
El 21 de septiembre, el presidente Vladimir Putin, de una manera similar a cuando anunció el inicio de la operación militar especial en Ucrania, anunció la movilización parcial de 300,000 reservistas, quienes (supuestamente) han tenido experiencia con entrenamiento militar, aunque hay señales de que se están movilizando a muchos más. Putin también amenazó con el uso de armas nucleares con tal de defender la soberanía de Rusia. Días más tarde, el 28 de septiembre, el gobierno ruso inició el proceso de anexión de los territorios de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, en los cuales hay partes del territorio actualmente bajo control de las fuerzas armadas rusas.
Tras el anuncio han surgido diversas especulaciones, teorías y preocupaciones sobre lo que podría significar todo esto. Sin embargo, por diversas razones, los rusos se enfrentarán a muchos problemas para lograrlo. Esto no quita que se pueda volver un serio problema a largo plazo para el ejército ucraniano. Algo que sí se puede determinar definitivamente, es que el conflicto continuará hasta mediados del 2023.
Los pros y contras de la movilización “parcial”
Rusia ya se ha enfrentado a diversos problemas en el alistamiento de los reservistas, muchos problemas los cuales han causado choques y protestas por parte de la población, cientos de miles incluso están intentando dejar el país. Eso debido a que se ha enlistado a personas sin la experiencia militar necesaria, incluso se han enviado cartas a pensionados. Esto ha sido reportado por el gobierno ruso como errores en el alistamiento, lo cual podría ser cierto para algunos casos, como los de los pensionados. Pero también delata la realidad de que Rusia busca desplegar a muchas más tropas que solo 300,000.
No obstante, Rusia se enfrenta a una lucha colina arriba, ya que se enfrenta a diversos problemas determinantes para sus fuerzas armadas. Entre esos problemas está el hecho de que Rusia cuenta con muy pocos oficiales militares o sargentos con la experiencia necesaria, tanto para organizar a las tropas en el campo, como para entrenar a los reservistas enlistados (Reddell, V., 2022; Ioanes, E., 2022).
También hay problemas logísticos y de comando que no se han arreglado en las fuerzas rusas. Algo resaltado por el secretario de prensa del Pentágono en una conferencia de prensa el 22 de septiembre (Garamone, J., 2022).
Eso se suma a los reportes de que las reservas solo recibirán dos semanas de entrenamiento, lo cual no es suficiente para que puedan operar en las líneas del frente contra tropas ucranianas más experimentadas, sin embargo, se reporta que las fuerzas ucranianas tampoco cuentan con más de dos o tres semanas de entrenamiento (Cancian, M.-F., 2022). Aunque esto tal vez solo sea el caso para algunos y podría no ser un problema grave para el ejército, debido a que el principal objetivo de movilizar a los reservistas es relevar a las fuerzas veteranas de tareas como controlar y patrullar el territorio tomado hasta el momento para que estas puedan ir a combatir al frente (Bari, R., 2022). Adicionalmente, es probable que, por lo menos, gran cantidad de los reservistas sí reciban más entrenamiento militar por la gran cantidad de personal que está siendo movilizado.
Esto no significa que no vayan a haber más problemas con la movilización de las reservas rusas. George Friedman (2022) en una entrevista con Mauldin Economics señala que, primero, gran cantidad de los reservistas necesitarán conseguir la condición física necesaria para poder siquiera entrenar y llevar a cabo sus tareas militares, y segundo, que estas fuerzas necesitarán entrenar en diferentes áreas debido a que los rusos deberán estar preparados por si es que Estados Unidos ataca Rusia. Claro, esto no significa que Estados Unidos lo hará, pero las fuerzas rusas deben contemplar todos los escenarios, sean descabellados o no, y deberán actuar y estar preparados.
Si sumamos a todo esto el hecho de que la movilización, a diferencia de la guerra, es altamente impopular, entonces Rusia se enfrenta a serios problemas para cumplir con el objetivo de la movilización. Segundo, esto significa que podría enfrentarse a problemas para desplegar los cientos de miles de tropas que necesita en su totalidad, tal vez sí se lleguen a acercar al objetivo. Por esta razón Rusia ha estado enlistando a tropas de las regiones étnicamente no rusas de Rusia, algo que ya ha empezado a ocasionar choques. Aquí la mejor opción que tiene Moscú sería la creación de una Legión Extranjera, compuesta por una gran variedad de nacionalidades como bielorrusos, serbios, sirios, entre otros más que busquen la nacionalidad rusa. Eso tendría dos resultados: uno sería que Rusia podría acercarse más a cumplir con sus cuotas en la cantidad de tropas desplegadas y la otra sería que disminuiría el daño político de las bajas rusas en el conflicto.
Rusia también podría buscar el apoyo que le puedan ofrecer sus aliados, como Corea del Norte, Irán o Siria, China no se involucrará de ninguna forma en el conflicto por lo que Rusia no podría contar con ayuda china en el campo. Pero los demás países podrían proporcionar tropas para la Legión Extranjera, mercenarios o tropas directamente. Norcorea podría desplegar tropas de artillería o fuerzas especiales, las cuales se han creado una reputación en conflictos como la Guerra Civil de Siria.
Pero Rusia se enfrenta a otros problemas que también tendrá que resolver, como el de la posible falta de municiones. George Friedman (2022) resalta que el hecho de que los rusos no han contraatacado o respondido con fuego, es señal de que no cuentan con las capacidades balísticas para responderle a las fuerzas ucranianas. Por ende, las fuerzas rusas dependen de retiradas y la amenaza del uso de armas nucleares tácticas. Estas retiradas también se deben a la mayor cantidad de fuerzas ucranianas en el campo actualmente. Para poder saber cuál es la capacidad de Rusia de armar y equipar bien a sus fuerzas (con equipo como chalecos antibalas) tendremos que esperar hasta la primavera.
Por el momento, el ejército ruso cuenta con mucho equipo militar (vehículos), el problema anteriormente era que no se contaba con los suministros o la infantería necesaria para proteger el equipo (Cancian, M.-F., 2022). Pero ahora sí contará con las tropas para lograr protegerlo. Si la industria rusa es capaz de mantener a flote la producción de equipo, armamento y municiones, entonces Ucrania tendrá que mejorar sus esfuerzos para armarse con equipo militar occidental y entrenar a sus fuerzas, algo que ayudó en los éxitos de la contraofensiva en el noreste. Pero las reservas de municiones de países occidentales van a la baja y hay seria preocupación de que a futuro ya no se pueda suministrar a Ucrania con la cantidad de armamento y municiones necesarias para seguir combatiendo con Rusia (Turak, N., 2022).
El invierno y la longitud de la guerra
Todos estos hechos llevan a que la guerra ruso-ucraniana durará mucho más tiempo y seguramente durará hasta principios de la primavera del siguiente año. Le tomará a Rusia varios meses entrenar bien a los reservistas si es que quiere que tengan alguna preparación militar adecuada y que puedan enfrentarse a las fuerzas veteranas de Kiev. Aunque, Cancian, M.-F. (2022) de CSIS, una organización de investigación de políticas, advierte que las fuerzas de Kiev son veteranas solo en cuestiones de supervivencia, ya que estas también cuentan con pocas semanas de entrenamiento. Más aún, ninguno de los dos bandos en el conflicto podrá llevar a cabo una operación militar durante el invierno. Bari, R. (2022) señala que esto se deberá a que el clima dificultará la visibilidad de los satélites y que ya no se tendrá la cobertura de antes de la artillería o de los drones. De igual manera el transporte se dificultará significativamente para las tropas.
Kiev ya no pudo evitar la anexión rusa de sus territorios en el este y sureste del país, a pesar de los enormes logros que ha tenido en tan solo los últimos 5 días. The Economist (2022) reportó como mientras los diputados rusos celebraban con aplausos la anexión de los territorios ucranianos, tropas y tanques ucranianos ya habían entrado a Limán (un importante centro logístico en la región). Las tropas rusas, sin embargo, se están preparando, creando nuevas líneas de defensa. Aunque puede que sus esfuerzos sean en vano, debido a los ataques que han sufrido las líneas de comunicación y de suministro rusas. Esto, de hecho podría llevar a los rusos a desplegar desesperadamente a reservistas con pocas semanas de entrenamiento, para simplemente llenar los huecos en las defensas.
Ucrania está contra el tiempo para tomar todo el territorio que pueda antes de que llegue el invierno, el cual Moscú usará para recuperarse y reforzar sus líneas del frente. Biar, R. (2022) advierte que de tener el invierno a su favor, Rusia a largo plazo podría obtener una ventaja significativa. Esto sumado al hecho de que Putin haya aceptado el reto de la OTAN, de luchar un conflicto prolongado, asegura que el conflicto sea algo largo y podría durar pasando el 2023 (Biar, R., 2022).
La falacia del uso de armamento nuclear
La amenaza nuclear de Vladimir Putin puso a muchos en alerta y ha causado bastante miedo en occidente. Pero es importante entender el uso efectivo de las armas nucleares. En primer lugar, las armas nucleares son tan volátiles como las armas biológicas o químicas, todas pueden regresarse y dañar o matar a quien las uso. Durante la Primera Guerra Mundial, cuando se usaba el gas, se debía tener mucho cuidado y registrar la dirección de las corrientes del viento, ya que, si el viento cambiaba de dirección (que en ocasiones ocurría) este se regresaría y dañaría o mataría a las tropas que lo desataron. La radiación de las armas nucleares funciona de la misma manera. Muchos científicos han advertido sobre los efectos secundarios de las armas nucleares, es decir, del impacto que tiene la radiación al ser cargada por las corrientes de aire. Por lo que, aunque se use en una zona geográfica específica, las corrientes de aire pueden cargar la radiación a otras zonas a kilómetros de distancia. Si el ejército ruso usa armas nucleares y cambia de rumbo el aire eso podría llevar radiación a Moscú, algo desastroso para Rusia y en especial para Vladimir Putin y toda la élite política y militar rusa.
Esas severas amenazas evitarán precisamente que Rusia utilice armas nucleares, o incluso asegurará que aquellos alrededor de Putin lo detengan y arresten, en el dado caso que quiera usarlas. Solamente podríamos llegar a ver el uso de armas nucleares tácticas en el caso de que Rusia de plano no cuente con la capacidad balística o militar para detener los avances ucranianos. Las armas nucleares tácticas, como George Friedman (2022) lo explica en un artículo de Geopolitical Futures, están diseñadas y se usan para destruir un contingente o gran grupo de fuerzas enemigas en el campo de batalla. A diferencia de las armas estratégicas nucleares, cuyo propósito es destruir infraestructura a gran escala, incluso aniquilar a una gran cantidad de población, con tal de quebrantar a la nación enemiga, tanto física como moralmente.
Pero esto no funcionaría en Ucrania de todos modos, ya que la población ucraniana ya ha visto ciudades enteras destruidas y ha experimentado atrocidades como las fosas comunes en Bucha. Por lo que un ataque nuclear podría solo reforzar el nacionalismo ucraniano y aumentar la necesidad de ganar el conflicto armado o seguir luchando. Por otro lado, Rusia también estaría contaminando gran parte del territorio que quiere tomar y con ello las tierras agrícolas de Ucrania y Rusia podrían verse devastadas. Esto tendría serias repercusiones no solo para ambos países, sino el mundo en general, y Rusia podría perder el apoyo de varios países cruciales como China y la India. Su cierta estabilidad y su existencia en el mercado global se debe a India y China, junto con otros países. Rusia se ha vuelto hasta cierto grado dependiente de estos países. El uso de armamento nuclear pondría en peligro la poca estabilidad económica y la presencia global que tiene Rusia.
A esto le tendríamos que sumar la respuesta de otros países como el Reino Unido, Francia o los Estados Unidos, países los cuales poseen armamento nuclear. Si Rusia fuera a usar armamento nuclear no se sabría con exactitud cómo es que otros países como Estados Unidos reaccionen. Ese dilema convierte el uso de armamento en un uso suicida y Vladimir Putin, al igual que la élite política y militar rusa, quieren obtener ganancias estratégicas, no cometer un suicidio global.
Todos estos factores hacen prácticamente ilógico el uso del armamento nuclear por parte de Rusia. En el dado caso de que el Kremlin sí llegará a usar armamento nuclear, solamente veríamos el uso de armamento nuclear táctico, el cual podría tener el mismo impacto que la artillería convencional. Todo dependerá de qué tanto en peligro sienta el Kremlin por las recientes victorias ucranianas.
¿Cambio de rumbo con la anexión y movilización?
Rusia no está cambiando significativamente su objetivo general, ya que su tercera fase (impuesta por Ucrania) se enfoca en dominar el territorio que en gran medida ya tenía antes de la guerra, u obtuvo en los primeros meses del conflicto. Esto, en todo caso, muestra cómo el Kremlin se siente arrinconado y ya sea que no tiene fe en sus fuerzas armadas, o sabe que no cuenta con la capacidad militar actual para detener a los ucranianos y revertir sus actuales logros en la guerra.
Pero sí hay un cambio en cómo busca llevar a cabo el conflicto armado. Rusia ahora definitivamente se atrincherará en una guerra de desgaste con Ucrania, y la mayor cantidad de tropas que Rusia puede traer al campo, opacará significativamente a las fuerzas ucranianas a largo plazo. Por el momento, el ejército ucraniano cuenta con más tropas en el campo, y con todo el armamento y municiones capturados, cuenta con más armas y municiones a su disposición. Pero de no seguir obteniendo logros significativos en el campo corre el riesgo de necesitar atrincherarse y fortificar las líneas de defensa que pueda crear para defenderse contra las olas de contraataques rusas que se vendrán en su contra, ya sea a finales del invierno o en la primavera. Es importante también notar que los problemas de la movilización rusa anteriormente señalados, aunque significativos, no serán insuperables (Cancian, M.-F., 2022).
La movilización de las reservas y cualesquiera otras tropas que pueda desplegar Rusia, de ser armadas y equipadas, podrían cambiar la situación a su favor de tres formas. Esto es un escenario altamente posible, ya que la industria rusa ha sido movilizada de igual manera para apoyar los esfuerzos en la guerra. La más desfavorable para Moscú, pero la mejor para Kiev, sería que Rusia con sus numerosas fuerzas pueda reforzar y sostener el territorio que todavía controla, solamente que mucho mejor. En este escenario, Rusia no sería capaz de tomar más territorio ucraniano, aunque no es la más probable. La segunda sería que Rusia, con estos refuerzos, domine por completo los territorios anexados, teniendo hasta cierto grado algo que se podría considerar una victoria. Pero de tener éxito en lo anterior, es seguro que Rusia lleve a cabo contraataques a gran escala en contra de Ucrania, tomando más territorio. George Friedman (2022) señala que Rusia podría buscar lograr forzar a las fuerzas ucranianas a retirarse, al atacar sus flancos.
Para saber bien cuál será el impacto del cambio de estrategia rusa, de movilizar a gran escala sus reservas, tendríamos que esperar a finales del invierno. El invierno, por lo tanto, servirá para que ambos bandos se armen, reabastezcan y se preparen. Solamente que en el caso de Ucrania el país necesitará esperar a ver qué hacen los países occidentales para poder seguir abasteciendo de armamento, equipo y municiones, ya que diversos países europeos están llegando al límite de sus reservas en municiones, equipo y armas.
Adicionalmente, Ucrania tendrá que invertir tiempo en entrenar más a las tropas con las que cuenta, de lo contrario sus tropas se estarían enfrentando a lo que podría ser un segundo ejército ruso mejor entrenado después del invierno.