Diseño para la posición geopolítica venezolana en el siglo XXI_CN (1)

Diseño por Código Nexus (fuentes: Prensa Miraflores/Flickr/Hugo Chávez/Casa Blanca/Google Maps).

La posición geopolítica de Venezuela en el siglo XXI – Parte 1

Chavismo y la singularidad venezolana

Es importante analizar el impacto de los cambios sistémicos globales en países como Venezuela, que pasará por transformaciones profundas este siglo.

Por: Andrés Alejandro Araujo Bermúdez

Por: Andrés Alejandro Araujo Bermúdez

Tabla de contenidos

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El Sistema Internacional está pasando por una intensa transición molecular (Araujo, 2025b; Araujo, 2025c). En el artículo titulado ‘Geopolítica iberoamericana frente a la transición global – Parte 1’, se afirmó que el cambio será más intenso en Latinoamérica—o Iberoamérica (Araujo, 2025d). El aspecto fundamental de ese cambio es el fin del regionalismo geopolítico y el regreso al centralismo, lo que transforma por completo el comportamiento de los Estados en la zona. En la segunda parte del análisis, se determinó que la guerra como fenómeno geopolítico propiciaría un regreso en dos dimensiones: conflictos locales —fronterizos— y conflictos regionales (Araujo, 2025e). Ambas partes del análisis se centraron en una visión generalizada de cómo el cambio geopolítico se experimentará en la región, pero no se adentraron en explicar cómo el cambio afectará a países que no son potencias suprarregionales como México o Brasil. Con ese objetivo, en el presente artículo, se realizará un análisis desde dos perspectivas: su impacto directo en la geopolítica de Venezuela.

En esta primera parte, se va a analizar como un país singular en la región, y se concentrará en la incógnita política sobre el futuro de Venezuela: ¿Cuál será el futuro del régimen chavista? Para ello, se buscarán resaltar los elementos que contribuyen a la singularidad venezolana y los retos que ello conlleva. En segundo lugar, se analizará por qué el régimen chavista terminará colapsando, como síntoma de la segunda fase de la transición global (Araujo, 2025c). El colapso del régimen chavista resulta de relevancia debido a la lógica geopolítica que sigue el régimen y el orden mundial al cual se apega. Por ende, un cambio de régimen apuntaría a una evaluación y adaptación al nuevo panorama mundial, o por lo menos el inicio de un cambio en dicha dirección.

La singularidad venezolana

Un factor común en la mayor parte de los países iberoamericanos es que los grupos de poder tienen prevalencia en el manejo de los asuntos políticos, sociales y económicos. La única excepción en cuanto a la dinámica sociopolítica parece ser Venezuela, lo que puede deberse a su desarrollo sociocultural y racial histórico, particular en Iberoamérica: tiene una cantidad importante de grupos culturales que funcionan bajo diferentes lógicas sociopolíticas. Es el único país en donde debe existir un movimiento social amplio para que una nueva ola de grupos de poder pueda tomar forma y desplazar a los anteriores. La población civil y varios grupos sociales determinados tienen un papel fundamental en su historia y desarrollo sociopolítico. Esto no quiere decir que los grupos de poder sean débiles o que no importen; ciertamente, los del statu quo tienen capacidad de resistencia, pero la tendencia social dicta el resultado final de una coyuntura histórica.

En los demás países iberoamericanos, los grupos de poder determinan en todo momento el rumbo, sin importar las tendencias sociales aunque sean importantes. Los movimientos sociales no inician ni determinan el fin de un proceso histórico en Iberoamérica, solo en Venezuela, y se podría decir que —en menor medida— también en Bolivia. Venezuela sigue otras tendencias de la dinámica geopolítica iberoamericana y su proceso puede servir para comprender el desarrollo y el impacto de la transición global en otras partes de la región.

No obstante, esta dinámica contraria a la normativa iberoamericana es un arma de doble filo. En el lado positivo permite mayor integración social, que se puede reflejar en las instituciones y el sistema político. Pero en un sentido negativo, vuelve al país vulnerable y se debe moldear cuidadosamente a sus fuerzas sociales porque si no se controlan y organizan adecuadamente, pueden generar problemas internos que podrían limitar la actuación del Estado venezolano en diferentes contextos internos y frente a diversos retos externos. También implica que la sociedad debe ser moldeada para evitar movimientos sociales que funcionen en detrimento de los intereses del país.

La década por delante

El panorama geopolítico cambiará en la próxima década, especialmente durante las segunda y tercera etapas de la transición global (Araujo, 2025c). El mundo se encuentra perdiendo sus polos tradicionales del orden global de la Guerra Fría y están empezando a sentarse las bases para que surjan nuevas órbitas geopolíticas y económicas a nivel internacional. En Iberoamérica en particular, esos nuevos polos renovados serán México y Brasil; el resurgimiento de ambos y su regreso al centralismo indican un cambio en el ciclo geopolítico regional, que va de la mano con el cambio cíclico geopolítico global (Araujo, 2025b; Araujo, 2025d). Por ello, la experiencia de Venezuela servirá de guía para otros países que estarán atrapados entre dos titanes iberoamericanos con nuevas capacidades y sin la preocupación de que sus regiones se rebelen si proyectan poder fuera de sus fronteras o demasiado lejos de casa.

El entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, explica el balance de la gira estratégica de la política exterior venezolana en una transmisión en cadena de radio y televisión (crédito: Fotografía/Prensa Miraflores vía Flickr).

El chavismo: Un régimen del viejo orden

Antes de poder visualizar la posición geopolítica venezolana en el siglo XXI, se debe atender su primer reto geopolítico: el cambio de régimen. El chavista tiene tres vulnerabilidades frente al cambio internacional actual que podrían atentar contra su continuidad, las cuales se suman a una grave amenaza política externa desde Washington, pertinente debido a las implicaciones del cambio en la relación de Estados Unidos con el mundo.

La primera, y más crucial, es que sigue la dinámica geopolítica de los últimos 200 años. Es decir, es un régimen del ciclo geopolítico del regionalismo, por lo que no servirá para liderar a Venezuela durante un ciclo de centralismo; sus instituciones y estructura no son aptas para un ciclo geopolítico en el que el Estado central se fortalece y no necesita de grupos de poder fuera del ámbito institucional o estatal. De acuerdo con Mariana¹, analista experta en el sector energético y en política suramericana, al priorizarse la supervivencia del régimen, se ha desgastado la infraestructura institucional militar del país, lo que la ha dejado vulnerable ante una acción militar de alguna potencia extranjera, como Estados Unidos. Esto es una consecuencia natural de un ciclo de regionalismo, especialmente en etapas de decadencia del mismo ciclo geopolítico.

La segunda vulnerabilidad es que el régimen fue construido bajo la lógica del viejo orden bipolar, por lo que, primero bajo Hugo Chávez y después de Nicolás Maduro, se orientó hacia Rusia y en segunda instancia hacia China como respaldo económico y diplomático. Brasil también comenzaba a figurar dentro de la tercera dimensión del polo geopolítico ruso. La última vulnerabilidad es estructural, porque para consolidar su posición en el poder tuvo que depender del apoyo de redes de inteligencia cubanas e iraníes (Araujo, 2024b). Existía demasiada oposición dentro de las fuerzas armadas y la única solución era utilizar elementos externos para apoderarse de las instituciones castrenses venezolanas. Este apoyo provenía de regímenes que también eran del viejo orden bipolar: el régimen islamista iraní y el comunista cubano. Por lo que carecía de la capacidad de sobrevivir por su propia cuenta.

¹ El nombre real de Mariana se mantiene en anonimato por su seguridad.

La amenaza proveniente de Washington se materializa por el cambio en la política exterior estadounidense. Ciertamente, Donald Trump no ha logrado avances significativos en el ámbito diplomático, pero eso no significa que el viejo modelo continúe con normalidad. Cabe destacar que el mandatario estadunidense tampoco será la pieza clave en la finalización de varios regímenes o guerras. Simplemente a él le tocó gobernar Estados Unidos durante una transición tumultuosa, repleta de reveses, contradicciones, shocks, malentendidos, incertidumbre y confusión (Araujo, 2025a; Araujo, 2025b; Araujo, 2025c). Esto implica que se encuentra dando inicio a un nuevo ciclo institucional nacional, así lo haga de manera intencionada, ordenada, lógica, inteligente o no, esto significa un cambio importante en la política exterior estadounidense (Araujo, 2025a). Esta nueva postura más agresiva ayudará a sellar el fin del viejo orden porque Estados Unidos necesitará un carácter más decisivo y confrontativo para poder adaptarse a la transición, al igual que otros países (Araujo, 2025c). Respecto al régimen chavista, implica una postura más decisiva y menos ambigua que durante la primera administración de Donald Trump. El envío de buques y unidades de marina estadounidenses al sur del Caribe es ejemplo de ello.

Por el momento, la única razón por la que el régimen chavista no ha colapsado es el shock inicial de una transición global, la cual, debido a centrarse en la finalización del orden anterior, hechos como la reevaluación de la situación y el proceso de las negociaciones no tienen el impacto necesario para generar un cambio de régimen en muchos países. La única excepción: el régimen de Bashar al-Ásad. Este era el más endeble de todos y estuvo involucrado directamente en las guerras y el proceso de negociaciones en Oriente Próximo. El régimen chavista, al no ser un Estado periférico a una zona de inmensa presión geopolítica, no experimentó el mismo impacto devastador temprano que el régimen de al-Ásad.

Pero Cuba se encuentra en crisis y también enfrenta una transición, mientras que Irán también estará pasando por un colapso para dar paso a un nuevo régimen. Otro golpe vendrá cuando China deje de ser un polo económico de manera definitiva. Su decadencia es evidente en el cambio de su comportamiento comercial y económico al empezar a priorizar menos inversión de capital para ahorrar (Ellis, 2024). Pero el golpe más fuerte vendrá cuando Rusia colapse de manera definitiva como un polo de poder global. De esta forma, el régimen chavista dejará de tener aseguradas sus líneas de suministro geopolíticas que le sirven de sustento.

Por el momento, se ha mantenido estable en general debido a la variedad de grupos de poder que necesitan del mismo para sobrevivir. Nicolás Maduro, o su fin como presidente de Venezuela, no implicará el fin del régimen chavista: todo el sistema tendrá que colapsar como el caso sirio. Y todas las circunstancias geopolíticas apuntan a que este escenario se aproxima. Pero el camino por delante será difícil. Existen demasiados grupos de poder, ya sean guerrillas, carteles o grupos político-militares con sus propios objetivos en mente, además del deterioro militar del que Mariana hablaba. El colapso del régimen implicaría una lucha para recuperar la estabilidad, paz y seguridad nacional.

En perspectiva: El fin de un régimen y el inicio de una nueva realidad

Por doscientos años, el regionalismo en Iberoamérica fragmentó imperios y repúblicas endebles. Los gobiernos que surgieron de las cenizas del caos regionalista del siglo XIX fueron países centrados en sus asuntos internos, que intentaron apaciguar y dominar a varios centros de poder regionales hostiles hacia cualquier poder centralizador. Esto implicó un retraso en el desarrollo económico durante el siglo XX o un tipo de “aislacionismo” geopolítico. La excepción fue Brasil por su contexto geopolítico en el Cono Sur (Araujo, 2024a).

Desde la perspectiva del regionalismo, el régimen chavista cumplió su función satisfactoriamente. Logró centralizar el poder mediante la creación de una estructura de poder sustentada en pactos con diferentes grupos de interés y aliados locales en cada región. Pero el régimen ya no es apto para los retos del siglo XXI. Su decadencia ha puesto al país en una posición sumamente vulnerable, prácticamente indefenso. De ahí que el debate entre seguridad nacional y supervivencia del régimen deberá terminar.

El colapso del régimen tendrá inmensas repercusiones en toda la región. La posible inestabilidad en el país por el fin del régimen chavista y el inicio de un conflicto entre diferentes grupos de poder atentará contra la paz y seguridad nacional venezolana, y dejará la puerta abierta a la intervención extranjera. Sin importar los países involucrados en el apaciguamiento de Venezuela y en su reconstrucción —como Brasil, Colombia o Estados Unidos—, la posible presencia política, económica y militar de varios países sentará las bases para las futuras preocupaciones de ambas potencias regionales en ascenso: México y Brasil.

La única excepción sociopolítica, como se escribió antes, es Venezuela. Aunque el país pareciera “paralizado” por el impacto de la primera fase transicional global —dado que las negociaciones hacen que el proceso sea más lento de lo normal—, el cambio continúa desarrollándose. Sociopolíticamente, Iberoamérica ha estado viviendo un intenso proceso de transición geopolítica. Esto genera rechazos a los cambios, tanto a las reformas económicas y políticas de finales del siglo XX o a los regímenes que siguen la vieja dinámica geopolítica como el chavista. El cambio que experimenta la región es inmenso, no solo por lo que podría implicar en términos sociopolíticos, sino más aún en términos geopolíticos.

Araujo, A. A. (2024a, 29 octubre). Brasil como potencia media emergente: Comprendiendo al gigante sudamericano. Código Nexus. https://codigonexus.com/brasil-como-potencia-media-emergente/ 

Araujo, A. A. (2024b, 11 noviembre). ¿Llegará el fin del chavismo en Venezuela? Un futuro precario. Código Nexus. https://codigonexus.com/llegara-el-fin-del-chavismo-en-venezuela/

Araujo, A. A. (2025a, 3 abril). El contexto de las amenazas arancelarias de Trump: Un limbo geopolítico y económico. Código Nexus. https://codigonexus.com/el-contexto-de-las-amenazas-arancelarias-de-trump/#elementor-toc__heading-anchor-0

Araujo, A. A. (2025b, 14 julio). Transiciones, incertidumbre y crisis sistémicas: Un mundo inquieto ante un cambio tectónico. Código Nexus. https://codigonexus.com/transiciones-incertidumbre-y-crisis-sistemicas/

Araujo, A. A. (2025c, 24 julio). Las fases de la transición global: Un cambio paulatino, pero geohistórico. Código Nexus. https://codigonexus.com/las-fases-de-la-transicion-global/ 

Araujo, A. A. (2025d, 18 agosto). Geopolítica iberoamericana frente a la transición global – Parte 1: Regionalismo e inestabilidad interna. Código Nexus. https://codigonexus.com/geopolitica-iberoamericana-frente-a-la-transicion-global-parte-1/#elementor-toc__heading-anchor-0

Araujo, A. A. (2025e, 1 septiembre). Geopolítica iberoamericana frente a la transición global – Parte 2: El regreso de las guerras a Iberoamérica. Código Nexus. https://codigonexus.com/geopolitica-iberoamericana-frente-a-la-transicion-global-parte-2/

Ellis, R. E. (2024). Trends and Strategic Impacts of PRC Engagement in Latin America. En P. E. Vera Delzo & R. D. Ortiz (Eds.), Latin America in the new global geopolitics (pp. 36–61). Peruvian Army Center for Strategic Studies; William J. Perry Center for Hemispheric Defense Studies; Strategic Studies Institute, U.S. Army War College. https://ceeep.mil.pe/wp-content/uploads/2024/09/Latin-America-in-the-new-global-geopolitics-digital-FINAL.pdf

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