Solo superado por Estados Unidos, Australia, Italia y Japón, México ocupa el quinto puesto a nivel mundial, junto con España, con mayor consumo per cápita de agua, con un promedio de 366 litros por día, según datos de la Organización de las Naciones Unidas, la ONU.
Actualmente, aunado al grave problema que enfrenta el país por la falta de agua, liderado por el estado de Nuevo León, 15 millones de habitantes ni siquiera tienen la posibilidad de acceso al agua potable, de acuerdo con un estudio de la Universidad Autónoma de México, la UNAM.

En este momento Nuevo León se encuentra en plena emergencia por la falta de agua, pero también estados como Sonora, Chihuahua, Guerrero, Sinaloa y Tamaulipas, tradicionalmente han sido de las entidades más afectadas por las sequías y sus gobiernos estatales y municipales tienen la obligación de gestionar más y mejor inversión en infraestructura antes de llegar a un punto de emergencia, pues según datos oficiales, actualmente el gasto en inversión aún se encuentra por debajo del 4.5% recomendado por el Banco Mundial para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

De acuerdo con el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) se necesita una inversión anual promedio de 49 mil millones de pesos, por 20 años, para alcanzar la sostenibilidad y seguridad hídrica en México, una tarea bastante ardua pero que no es difícil de lograr, siempre y cuando exista la voluntad desde el gobierno para comprometerse y hacerlo, por encima de colores partidistas y conveniencias políticas.

La participación de la población desde los hogares es primordial, cuidándola al máximo y dándole un uso razonable, pero sin la intervención conjunta de gobierno empresarios y sociedad para revertir los efectos del cambio climático y garantizar el suministro de agua potable a la población, no se podrá lograr al abasto mínimo para las necesidades más básicas de las comunidades.