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El asesinato de Ismail Haniya en Irán, líder político de Hamás

Un asesinato ‘inusual’

El asesinato del líder de Hamás encendió alarmas en el mundo por la posibilidad de una guerra regional en Oriente Próximo, ¿realmente existe ese riesgo?

Por: Andrés Alejandro Araujo Bermúdez

Por: Andrés Alejandro Araujo Bermúdez

Tabla de contenidos

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El 31 de julio, el líder del buró político de Hamás, Ismail Haniya, murió en una explosión en una casa de seguridad en Teherán, la capital de Irán. Su muerte ocurrió horas después de que el líder palestino haya asistido a la inauguración del presidente-electo iraní, Masoud Pezeshkian (Sewell, 2024). Después de su muerte, el gobierno iraní informó que Haniya fue asesinado por el gobierno israelí, que es lo más probable, algo que no ha sido disputado por ninguna fuente o autoridad. Al golpe político contra Hamás le siguió otro asesinato, en contra del principal líder paramilitar de Hezbolá, Fuad Shukr, en Beirut, la capital del Líbano.  

Sin embargo, no se sabe mucho con certeza acerca del asesinato del jefe político de Hamás. Esto se debe a que existen una variedad de inconsistencias en el caso. En un principio el gobierno iraní había mencionado que fue un misil el que detonó en la casa de seguridad de Haniya, ahora el gobierno iraní ha cambiado su versión diciendo que no fue un misil sino un ‘proyectil de corto alcance’ disparado afuera de la casa (Murphy & Hill, 2024). Por otro lado, el periódico estadounidense The New York Times (NYT), publicó una columna en donde menciona que en realidad la causa de la explosión fue una bomba, la cual había sido colocada dos meses antes del asesinato en el cuarto de Haniya (Bergman et al., 2024). Los columnistas del New York Times sostienen que esta hipótesis sobre la causa de la explosión les fue compartida tanto por fuentes oficiales árabes y estadounidenses como por dos fuentes oficiales iraníes. Sin duda alguna, las circunstancias del asesinato son extrañas, pero lo que sí se puede concluir es que el asesinato fue realizado por la Mosad israelí y que hubo colusión iraní en el atentado.

Un asesinato ‘inusual’ 

El tiempo y lugar del asesinato tienen grandes implicaciones, aunque en cierta forma era de esperarse que el asesinato ocurriera en Irán, no obstante, eso sería uno de los pocos hechos certeros sobre el caso. Normalmente, el jefe político de Hamás se hospedaba en Qatar, pero realizar el asesinato en suelo qatarí habría sido demasiado costoso diplomáticamente hablando, ya que Qatar ha fungido como un importante intermediario durante la guerra entre Israel y Hamás y porque habría deteriorado gravemente las relaciones con Estados Unidos si el gobierno de Netanyahu se hubiera atrevido a tanto políticamente (Bokhari, 2024). Por otro lado, la ubicación de la operación es fundamental por el impacto que tiene para el gobierno de Irán. Por una parte, esto demuestra que, posiblemente, Irán no puede cuidar a sus huéspedes. Por otra, si Irán pudo haber detenido el ataque, eso implicaría fuertes problemas políticos en Teherán y seguramente podría causar un deterioró en sus relaciones con Hamás y algunos aliados en la región.  

Sin duda alguna, el gobierno iraní reconoce los riesgos de que salga a la luz como es que realmente murió el líder político palestino, por ahora las filtraciones del The New York Times resultan cruciales para entender el dilema en el que se encuentra Irán (Murphy & Hill, 2024). Por una parte, su incapacidad en asegurar la supervivencia y seguridad tanto de sus aliados como de los miembros de su propio gobierno y de la Guardia Revolucionaria, representa un duro golpe para el aparato de seguridad iraní (Bokhari, 2024b). Esta problemática no solo resalta la vulnerabilidad del régimen iraní en su propio territorio, sino que también suma más dificultades para los grupos de poder iraníes, las cuales están por pasar por una transición sociopolítica. Miembros de la Guardia Revolucionaria ya han sido arrestados o despedidos por el asesinato de Haniya (Murphy & Hill, 2024).  

La preocupación de lo que podría desatarse y afectar no solo a la relación entre Hamás y el gobierno iraní, sino también dentro de los grupos de poder iraníes, que se dividen entre pragmáticos (y reformistas) y los ideólogos dogmáticos, es grave y explicaría las diferentes hipótesis sobre lo que causó la explosión que mató al líder político de Hamás. (Cabe destacar que la hipótesis de Bergman et al. (2024) del NYT es más creíble, debido a que ningún avión de combate israelí, incluso un F-35, pudo haber alcanzado la distancia necesaria para disparar un misil y difícilmente habría logrado evadir tantos sistemas de radares al disparar, mientras que la hipótesis de un ‘proyectil de corto alcance’ implicaría una grave brecha de seguridad, más que la plantación de una bomba dos meses antes.)  

Sin embargo, el probable papel de funcionarios iraníes o la facilidad con la que los operadores de la Mosad, habrían podido operar en la capital iraní, no sólo muestra grandes vulnerabilidades en la seguridad, sino que también abre la puerta a una variedad de problemas en Irán y, dependiendo de la respuesta, también para Israel y el primer ministro Benjamín Netanyahu. 

Masoud Pezeshkian durante un evento televisado en Irán en junio del 2024 (Crédito: Ayoub Ghaderi/Mehrnews vía Wikimedia Commons) 

Causas y circunstancias del asesinato  

Dado el hecho, quien perpetró el asesinato y en donde se realizó, existen dos causas fundamentales, una iraní y otra israelí. La iraní responde a una dinámica política interna y a la relación Hamás-Irán. La causa israelí responde a la doctrina estratégica israelita, creada desde las primeras décadas de su existencia como Estado independiente y también es consecuencia del proceso de toma de decisiones de la reciente generación, que llego al poder desde hace unas décadas, aproximadamente desde mediados de la década de 1990.  

LA CAUSA IRANÍ  

En primer lugar, respecto a la relación entre Irán y Hamás, es importante reconocer dos hechos cruciales. Uno es que Hamás es ideológicamente opuesto a Irán y sus proxys en Oriente Próximo, ya que Hamás es una organización sunita extremista, mientras que Irán, primero es chiita y segundo es republicana, Hamás es una organización totalitaria que gobierna la Franja de Gaza con represión absoluta sobre la población palestina (Khashan, 2024a). Esto no significa que Irán no reprima a su población, lo cual hace, pero Hamás es una organización más extremista y represiva que el gobierno iraní. En segundo lugar, la organización de Hamás ha actuado por su propia cuenta, el ataque del 7 de octubre fue un ataque realizado debido a que Hamás temía que la normalización de las relaciones entre Israel y Arabia Saudita fueran un acontecimiento positivo para Al-Fatah, la Autoridad Palestina en Cisjordania, con quien Hamás se encontraba en una Guerra Civil por el control de Palestina.  

Esto significa que Hamás ha actuado en contra de lo que podría ser percibido como los intereses estratégicos de Irán, los cuales se resumen a la búsqueda del reconocimiento por parte de Estados Unidos e incluso de Israel como una potencia regional con la que se puede cooperar (Khashan, 2024b). Es decir, los objetivos estratégicos de ambos son incompatibles. Si se toma a consideración que representantes de Hamás y Al-Fatah firmaron un acuerdo en China prometiendo trabajar para crear un gobierno unido después de la Guerra Israel-Hamás, esto, en términos prácticos, sería uno de los primeros pasos a una verdadera reconciliación entre ambas facciones palestinas, entonces resulta claro cómo es que Irán se estaba quedando fuera rápidamente de la situación Israel-Palestina.  

En cierta forma, la probable participación de funcionarios iraníes en el asesinato indicaría un distanciamiento entre Hamás y Teherán, pero también podría ser indicativo de fuertes problemas políticos en Teherán. Con la llegada al poder del primer presidente reformista, que no es un clérigo, el país claramente está en las primeras etapas de una transición clave en su sistema político, en la cual están involucrados la Guardia Revolucionaria Iraní, el Ejército Nacional y los clérigos (Bokhari, 2024b).  

Esta transición crea fricciones entre los pragmáticos y reformistas – en el Ejército Nacional, algunos comandantes en la Guardia Revolucionaria y los reformistas políticos como el actual presidente iraní – y los ideólogos dogmáticos o ultraconservadores – en el clérigo y la Guardia Revolucionaria – debido a que apunta a un creciente fortalecimiento de los reformistas frente a los ultraconservadores. Algo crucial, dado que el líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei (quién tiene 85 años de edad), pronto será relegado de su posición debido a su incapacidad de seguir fungiendo como líder supremo, lo que deja la puerta abierta a que se dispute quien asumirá el papel de nuevo líder supremo (Bokhari, 2024b).  

Esta transición resulta crucial para entender el asesinato, debido a que existen dos grupos afectados por la muerte de Haniya: la Guardia Revolucionaria y el actual presidente reformista, quien ha buscado presentarse como un moderado para tranquilizar a los ultraconservadores. En el primer grupo, ya se mencionó que miembros de la Guardia Revolucionaria han sido arrestados o despedidos por el asesinato, no obstante, no es seguro decir a que bando pertenecen o las razones por las que fueron arrestados o despedidos. Pero sea cual sea la razón, no elimina el problema de fondo para el régimen islámico de Irán, ya que, si fueron inculpados por razones de la lucha de poder de la transición, eso implicaría que la situación entre ambos bandos se ha intensificado; por otro lado, aunque realmente hayan sido arrestados o despedidos por su intervención, seguramente afectará a uno de los bandos por sus rangos. En cierta forma, no se puede descartar si es por la lucha de poder en Irán o si será interpretada por algunas de las facciones como parte de la pugna política nacional.   

Por otro lado, Pezeshkian, se ve afectado debido a que sucede momentos después de su inauguración y cualquier respuesta o problema que se pueda suscitar a partir del asesinato y del manejo de Irán de la situación podría ser utilizado en su contra. El presidente iraní, al igual que las otras facciones de poder en el país, simplemente se encuentran arrinconados y cualquier desenlace respecto al asesinato podría ser usado en su contra, lo que crea futuros blancos en la pugna por el control sobre el futuro del país.  

LA CAUSA ISRAELÍ 

Desde su independencia, Israel se ha encontrado bajo continuas crisis geopolíticas y de seguridad. La creación del Estado de Israel en 1948 rápidamente generó la primera Guerra árabe-israelí, pero pese a su victoria sobre los árabes, su situación difícilmente se pudo asegurar dentro de los primeros 30 años de su existencia como Estado-nación independiente. Como resultado de su contexto geopolítico, Israel desarrolló una doctrina estratégica que involucra dos aspectos fundamentales: la escalada para des-escalar una crisis; y la necesidad de destruir la capacidad de sus oponentes para volver a atacarlos. Debido a que Israel se encontró a la defensiva en varias ocasiones, el país tuvo que adoptar una estrategia de escalar la situación para intentar forzar a sus oponentes a retractarse o retroceder. Durante sus primeros 47 años, está doctrina fue implementada de manera pragmática, ya que, cuando Israel invadió territorio egipcio, jordano y sirio durante la Guerra de los Seis Días de 1967, planeaba usar el territorio para negociar la paz. El plan era regresarle el territorio a los egipcios, jordanos y sirios con el propósito de que estos se comprometieran a la paz, pero no funcionó y sería hasta la década de 1970 que Jordania y Egipto aceptarían la paz convencional con Israel (Friedman, 2012).  

Por otra parte, debido a la precaria situación geopolítica de Israel, el país necesitaba asegurarse de que sus oponentes fueran incapaces de atacar nuevamente al país, las acciones israelíes anteriores eran parte de esa estrategia, pero también lo fueron los intentos de Israel por dar golpes militares contundentes a sus adversarios para que estos no pudieran volver a enfrentarse a Israel (Ben-Horin & Posen, 1981). El problema, sin embargo, es que la estrategia fue diseñada para oponentes convencionales, es decir, para rivales estatales con Ejércitos nacionales, no para fuerzas asimétricas, como guerrillas u organizaciones terroristas.  

El pragmatismo que continuamente buscó la paz por las vías diplomáticas, en las cuales Israel estaría dispuesto a ceder para ganar, vería su final definitivo en 1996, con la llegada al poder de Benjamín Netanyahu. En parte, Israel se ha enfrentado a una amenaza ultrasionista* desde su concepción como Estado independiente. Esta fuerza política e ideológica es la que ha evitado que Israel pudiera realmente obtener la paz con los palestinos, y ha sido la fuerza política dominante desde su definitiva llegada al poder en 1996 (Kaplan, 2024). Esto implica que las estrategias de escalación para des-escalar la situación se han aplicado de manera exagerada.  



* El sionismo es simplemente una expresión nacionalista que busca la creación de un Estado de Israel y proteger su existencia, mientras que el ultrasionismo es una versión tergiversada de esta expresión y, en la práctica, busca no sólo la existencia de un Estado de Israel, sino también eliminar la posibilidad de la existencia de un Estado palestino.    


 

Peor aún, está fuerza político-ideológica llega al poder con la creencia de que el fracaso de la implementación pragmática de la doctrina estratégica israelí, en el caso del conflicto Israel-Palestina, es una muestra definitiva de que había que cambiar de rumbo. Aunado a este dilema israelí, la doctrina original se ha fusionado con el objetivo de debilitar al Estado palestino a toda costa, con el fin de poder eliminar la posibilidad de la creación de un Estado palestino independiente (Schneider, 2023; Reuters, 2023). Esto se ha materializado con el respaldo político-financiero de Benjamín y sus aliados a Hamás, organización que en 2007 inició una guerra civil contra la Autoridad Palestina, asumió el poder sobre la Franja de Gaza con ejecuciones públicas de los miembros de Al-Fatah que quedaron atrapados en la franja ribereña, conflicto en el que Israel no intervino para salvar a la Autoridad Palestina en Gaza y evitar el surgimiento de una organización político-militar totalitaria (abu Alouf & Boudreaux, 2007; Al-Rashed, 2023).  

Con dicho contexto en mente, existen tres causas por las que Israel cometió el asesinato de Haniya, dos razones políticas y una razón personal. La primera causa política sería que el gobierno de Netanyahu sigue su táctica de eliminar a los elementos más pragmáticos dentro de los movimientos palestinos con el fin de que dichas organizaciones se radicalicen más y pueda respaldar la discusión de que se enfrenta a oponentes radicales y terroristas. Esta conclusión se da a partir del hecho de que Ismail Haniya era considerado uno de los líderes más pragmáticos y diplomáticos de Hamás, ya que fue quien había negociado la mayoría de los ceses al fuego en el pasado (Al-Marashi, 2024). Lo que también indica que Netanyahu busque limitar los avances en cualquier negociación de cese al fuego o de paz en Gaza (Al-Marashi, 2024; Al-Mughrabi & Hafezi, 2024). Aunado a esto, estaría la segunda causa política, que sería intentar recuperar la ventaja sobre sus oponentes. Bokhari (2024b) escribe que la reputación del gobierno de Israel no se ha recuperado desde el ataque del 7 de octubre de Hamás y que, recientemente, había sido atacado repetidamente por los proxys de Irán, desde Hezbolá en el Líbano hasta los hutíes en Yemen han lanzado ataques a Israel, por lo que los asesinatos tanto de Fuad Shukr (principal líder paramilitar de Hezbolá) como de Ismail Haniya (jefe político de Hamás) fueron un intento de recuperar la reputación de Israel y de recuperar terreno frente a sus rivales geopolíticos.  

Mientras tanto, la razón personal, aunque esta podría ser ‘especulativa’, sería que Benjamín Netanyahu busca alargar el conflicto en Gaza, en especial debido a sus problemas políticos y legales en Israel. En cierta forma, la Guerra Israel-Hamás ha servido para que Netanyahu evite enfrentar los problemas que afronta en Tel Aviv, en especial por crecientes acusaciones sobre su implicación en el éxito del ataque terrorista del 7 de octubre, no por su involucramiento, pero por su papel en el fortalecimiento de Hamás y su inacción en cuanto a seguridad fronteriza.

Moscú recibió a una delegación de Hamás encabezada por el jefe del buró político de Hamás, Ismail Haniyeh, en 2022 (Crédito Consejo Federal vía Wikimedia Commons) 

Posibles consecuencias  

Fuesen las causas que hayan sido por las que murió Haniya, claramente se desenvolverán diversas consecuencias como resultado del asesinato del líder político palestino. Por una parte, Irán recibirá fuertes críticas por sus vulnerabilidades en su seguridad y se sumarán problemas a la transición existente en el país, incrementando las tensiones entre ambos bandos que están pugnando por el control del futuro de Irán. Más importante aún, es la amenaza de una posible guerra regional por la respuesta de Irán a Israel. El problema, es que pese a la presión que pueda existir sobre Irán, el país difícilmente iniciará una guerra regional por la muerte del líder político palestino. Lo más seguro, a pesar de las amenazas, es que, siguiendo sus principios de política exterior históricas, las cuales Irán ha seguido en las últimas décadas, es que el gobierno iraní probablemente responda mediante otro evento propagandístico, pero que no dejará de ser una faramalla, como lo ha hecho en el pasado por peores sucesos cometidos en su contra (Khashan, 2024b).   

Por otra parte, seguramente Hamás verá el fortalecimiento de su ala extremista y ultraconservadora, en especial con la muerte de una figura tan fundamental como lo fue Haniya. Históricamente, la táctica de asesinar a altos mandos en organizaciones rivales a Israel, como Hamás y Hezbolá, ha resultado contra productiva, incluso peor para Israel debido a que quienes asesinan tienden a ser los menos radicales y más pragmáticos de los movimientos, y tienden a ser reemplazados por figuras políticas más radicales y jingoístas (Al-Marashi, 2024). Precisamente, el nuevo líder del buró político de Hamás, Yahya Sinwar, es una figura mucho más radical y jingoísta que Haniya, inclusive está menos dispuesto a negociar con Israel y a continuar con la guerra (Al Jazeera, 2024).  

Por último, las relaciones entre Israel y Estados Unidos están en continuo deterioró, aunque no lo parezca. Por ahora, la principal razón por la que el presidente estadounidense, Joe Biden, ha sido más pasivo hacia Netanyahu, pese a la rebeldía y falta de respeto que este ha demostrado hacia el gobierno estadounidense y sus intereses en la región, se debe a las elecciones estadounidenses. Sin embargo, es poco probable que Kamala Harris, la candidata mejor posicionada y más probable a salir victoriosa en las elecciones presidenciales de este 2024, sea igual de paciente con su contraparte israelí, más aún si eligió a un progresista como Tim Waltz (quien ha cambiado sus posturas continuamente en los últimos años para ser más progresista) como su vicepresidente (Metzger, 2024). Tan pronto los demócratas en Estados Unidos tengan asegurada la Casa Blanca, su postura hacia Israel podría cambiar drásticamente, específicamente si es que sus intereses estratégicos en la región se ven seriamente amenazados.   

Los ciclos sistémicos de Israel y el futuro del país 

Aunado a todo este dilema respecto al asesinato, es importante analizar otro tema de gran importancia para comprender a Israel y a su proceso sociopolítico actual. Tomar en cuenta los ciclos sistémicos del país, ayudará a tener una mejor idea de que podría desarrollarse en el país a continuación, en especial por la actual crisis sociopolítica a la que se le ha sumado una crisis geopolítica en la forma de la Guerra de Israel-Hamás.  

Desde su fundación como Estado independiente, Israel cuenta con ciclos sistémicos que duran aproximadamente 48 años, 29 años con un sistema sociopolítico con una política exterior y de defensa determinadas, con 19 años de transición en la que se comienzan a sentar las bases para un nuevo sistema con nuevas políticas. Durante el primer ciclo de 48 años, el país se inclinaba más por la cooperación y la diplomacia para lidiar con sus problemas. Pero tuvo un cambio drástico en 1996. A partir de esa fecha, las tácticas de Israel han sido los asesinatos, radicalización de sus oponentes y no ceder en lo absoluto ante sus rivales geopolíticos, como Hamás. Si los ciclos sistémicos presentados son correctos, el sistema sociopolítico que inició en 1996 estaría entrando en su etapa de transición a partir del 2025, aunque una crisis política de alta intensidad podría dar inicio a la transición a finales del 2024. Esto será seguido por una transición de 19 años que durará hasta 2048, en el 100° aniversario de Israel. Durante la transición, Israel todavía enfrentará dilemas por el hecho de que se continuarán implementando las tácticas de los ultrasionistas, como Netanyahu, pero estas comenzarán a perder mucha fuerza durante dicha transición. En 2048 podríamos ver el nacimiento de un nuevo Israel, el cual nacerá tanto por el desarrollo de diversas dinámicas sociales y políticas domésticas como por eventos y dinámicas geopolíticas externas.  

No obstante, pese al posible escenario futuro ‘positivo’ para el país, Israel deberá tener cuidado con las posibles repercusiones de debilitar seriamente a Hezbolá y a Irán. Existen amenazas mucho más peligrosas y capaces de cambiar la balanza de poder o el status quo geopolítico en la región, que ambos contrincantes actuales. La movilización o el desenlace de estas amenazas, que se sumaría a una posible ruptura entre Washington y Tel Aviv, podría significar el fin del proyecto político israelí.  

abu Alouf, R., & Boudreaux, R. (2007, 15 junio). Hamas wins the battle for Gaza control. Los Angeles Times. https://www.latimes.com/archives/la-xpm-2007-jun-15-fg-gaza15-story.html  

Al-Jazeera. (2024b, agosto 6). Who is Yahya Sinwar, Ismail Haniyeh’s successor as Hamas chief? Al-Jazeera. https://www.aljazeera.com/news/2024/8/6/who-is-yahya-sinwar-ismail-haniyehs-successor-as-hamas-chief?traffic_source=Connatix  

Al-Marashi, I. (2024, 1 agosto). Israel’s assassinations of Hamas and Hezbollah leaders will backfire. Al-Jazeera. https://www.aljazeera.com/opinions/2024/8/1/israels-assassinations-of-hamas-and-hezbollah-leaders-will-backfire  

Al-Mughrabi, N., & Hafezi, P. (2024, 1 agosto). Killing of Hamas chief in Iran stirs fears of retaliation. Reuters. https://www.reuters.com/world/middle-east/hamas-chief-ismail-haniyeh-killed-iran-hamas-says-statement-2024-07-31/  

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Ben-Horin, Y., & Posen, B. (1981, septiembre). Israel’s Strategic Doctrine. RAND Corporation. Recuperado 13 de febrero de 2024, de https://www.rand.org/content/dam/rand/pubs/reports/2007/R2845.pdf   

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