Múltiples comentaristas de política e influencers se han creado la idea de que Trump es un don de la diplomacia, ya que los conflictos armados de mayor trascendencia se han dado durante la administración del actual presidente Joe Biden. Si bien, Trump buscó un acercamiento diplomático con varias figuras políticas como Kim Jong-un y no se iniciaron las actuales guerras durante su mandato, debemos analizar a fondo su política exterior y los contextos geopolíticos internacionales en los que se desarrolló su mandato.
El historial de Donald Trump
El argumento de que Donald Trump no haya iniciado una guerra y que por eso es más pacifista que Joe Biden, no es una postura solida y puede ser fácilmente desacreditada.Cabe recordar que Donald J. Trump, si bien no inicio ningún conflicto, sí continuó los conflictos armados en Afganistán y otros países en regiones como África Occidental y también estuvo cerca de una guerra con Irán, al igual que contribuyó significativamente al inicio de la Guerra de Israel-Hamás. Para este análisis, cuatro casos de la política exterior en cuanto a distintos países o regiones son fundamentales: Afganistán, Irán, Israel-Palestina y Corea del Norte.
Afganistán
Durante su administración, Donald Trump nunca realizó ningún retiro de tropas estadounidenses de Afganistán, lo que significaría el fin de la intervención estadounidense en dicho país. Bajo este razonamiento él, contrario a lo que varios influencers y comentaristas de política han señalado, nunca estuvo en contra de la industria militar estadounidense y su carácter bélico. Por ende, no es más pacifista o menos bélico que Joe Biden. Donald Trump tampoco cumplió la promesa de retirar las tropas estadounidenses,como lo había acordado con el Talibán en 2020. Su famoso Acuerdo de Doha con el Talibán, nunca estipulo o planteo mecanismos concretos que garantizarían que el Talibán cumpliera su promesa de respetar los derechos humanos de las mujeres afganas o que acordarán un cese al fuego con el gobierno republicano en Kabul (Olmo, 2021). Incluso, el Talibán incremento sus ataques después del acuerdo con el gobierno de Donald Trump, intentando ganar la mayor cantidad de terreno posible frente a una posible negociación con el gobierno republicano. Lo que significa que, en esencia, la administración de Donald Trump solo concluyo un acuerdo sin algún peso político.
Por otro lado, en cuanto a la retirada caótica de las tropas estadounidenses de Afganistán, los mismos comentaristas políticos e influencers han puesto la mayor parte de la culpa, sino es que toda, en Joe Biden. No obstante, ignoran el papel que jugo la administración de Donald Trump en perjudicar cualquier salida ordenada, la cual incluyera la salida de afganos que hubiesen ayudado a los estadounidenses en su intervención. Kanno-Youngs(2020) destaca que Donald Trump había limitado exageradamente la cantidad de refugiados que pudieran entrar al país, incluyendo iraquís y afganos. Esto resultó en que se experimentará una salida tan caótica de Afganistán, debido a que se había desmanteladocualquier posibilidad de que los intérpretes o civiles afganos que buscaban huir del Talibán en Afganistán pudieran trasladarse a los Estados Unidos de manera ordenada.
En muchos sentidos, Donald J. Trump cometió múltiples errores que terminaron perjudicando a la administración de Joe Biden. Esto no significa que Biden no haya tenido culpa alguna del proceso, pudo haber planeado mejor y reconstruido el sistema de asilo estadounidense que Trump había desmantelado, pero ambos líderes estadounidenses tuvieron una parte de culpa en que se haya desarrollado una retirada militar tan desastrosa,la que se asemejaba mucho a la salida estadounidense de Vietnam en 1973. En cuanto al empoderamiento del Talibán, específicamente posterior al Acuerdo de Doha, no se puede negar que Donald J. Trump tuvo la mayor parte de la culpa. Biden pudo, a lo mucho,realizar una campaña de bombardeo para forzar al Talibán a retroceder y buscar un cese al fuego con el gobierno afgano republicano, pero eso incluso hubiera hecho poco por cambiar el panorama afgano.
Donald Trump, a pesar de estar en el poder entre 2017 y 2020, nunca realizó algún cambio en la estrategia estadounidense en Afganistán. Permitiendo que se continuará con una operación militar y política que nunca pudo crear un ejército afgano capaz de mantenerse en pie tras la retirada estadounidense, que nunca permitiera a Afganistán desarrollar su economía y que combatiera la corrupción en el país, lo que terminó perjudicando profundamente las capacidades operativas del gobierno republicano en Kabul. Consecuentemente, la política exterior Trumpista hacia Afganistán, fue igual de desastrosa que la de política exterior de la administración de George Bush Jr. y de Barack Obama.
Irán
El siguiente caso por analizar sobre la política exterior de Donald J. Trump resulta mucho peor que la de Afganistán, dadas las consecuencias que produjo en la región del Oriente Próximo y en el mismo país de Irán. Tan pronto entró en el poder, el entonces presidente estadounidense Donald Trump canceló el Tratado Nuclear Iraní, lo que perjudico seriamente al ala política moderada y pragmática en Irán, la que buscaba mejorar las relaciones con Estados Unidos para reparar su economía nacional. Claro, no se pueden ignorar las acciones iraníes que llevaron a tal decisión, pero Donald Trump pudo haber manejado mucho mejor la situación. Irán continuaba buscando posicionarse agresivamente en la geopolítica regional, al empoderar a sus proxis y enfrentarse a fuerzas aliadas estadounidenses, como las fuerzas militares turcas en Irak, pero Trump simplemente empeoró el panorama regional al debilitar el ala política iraní a favor de la diplomacia y la reconciliación.
Ese proceso que llevo a un aislamiento político iraní, contribuyo a que se desarrollará un orden geopolítico regional, mediante los procesos de normalización entre los países árabes e Israel, que creará el temor en Teherán (capital de Irán) de que quedaría fuera del orden regional y de que no aprovechara los beneficios diplomáticos y económicos de tal acuerdo. El restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudita, abanderado por China, no significó algún cambio sustancial en la dinámica geopolítica regional. De ahí la decisión de Irán en respaldar operativamente a Hamás para mejorar sus capacidades, por ello el ataque del 7 de octubre se asemejaba más a un ataque que realizaría Hezbolá, no Hamás.
Cabe también destacar que Trump desmanteló la posibilidad de que se creara una clase media iraní que pudiera exigir más derechos, la cual hubiera sido respaldada por la élite política pragmática. Por otro lado, en ninguna circunstancia, la administración de Trump tuvo un acercamiento diplomático significativo con la élite pragmática iraní, haya sido política o militar. Y, peor aún, Donald Trump en 2020, tomó la decisión de ilegalmente asesinar al general iraní, Qasem Soleimani, lo que técnicamente pudo haber iniciado una guerra entre Irán y Estados Unidos, lo que a su vez, hubiera generado un aumento drástico en los precios del petróleo y posiblemente una peor crisis económica, ya que el COVID-19 comenzaba a afectar a la economía internacional en el mismo año.
Por ende, el argumento de que Trump no inicio una guerra, no se le debe atribuir a sus logros diplomáticos o a sus objetivos políticos, sino a su suerte de que el contexto geopolítico y político en varias regiones y países todavía no favorecía una guerra durante su mandato. Irán tomó pasos diplomáticos significativos para contenerse de iniciar una guerra, lo que causó una fuerte fricción entre las élites iraníes. Esto solo nos demuestra que,a diferencia de Joe Biden, por lo menos en los últimos años, Donald Trump sí estuvo cerca de iniciar un conflicto, el cual habría involucrado directamente a los estadounidenses. Las guerras en Europa y Oriente Próximo no fueron iniciadas por Joe Biden, sino por Rusia y Hamás, respectivamente.
Israel-Palestina
Otro error en la política exterior de Trump fue la relocalización de la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén, dando un reconocimiento político del dominio administrativo-político de la ciudad sagrada a Israel. Como resultado de esto, impulso el nacionalismo israelita y dio alas a los ultrasionistas en el gobierno israelí para encrudecer su represión y políticas agresivas contra el pueblo palestino, lo que eventualmente se sumaria a la crisis política que experimento Israel a principios del 2023. La decisión de reubicar a la embajada estadounidense, le dio a entender a los ultrasionistas que contaban con un importante apoyo político de Washington.
En conjunto, la decisión de Trump (y sus repercusiones en la política doméstica israelita) junto con la crisis política en Israel, la cual se centraba en las aspiraciones autoritarias de Benjamín Netanyahu, al intentar deshacer la separación de poderes en Israel, contribuyeron a la actual guerra. Ya se había advertido que el creciente ultranacionalismo antagónico israelí y las posibles repercusiones en el orden regional de la normalización entre Israel y el mundo árabe, crearían las bases para que se diera un conflicto armado en Oriente Próximo, especialmente en Israel-Palestina, una de las fallas geopolíticas de la región más propensas a explotar y sumergir a la región en una crisis de seguridad y paz.
Corea del Norte
Más adelante, el caso norcoreano ha sido comúnmente visto como uno de los logros diplomáticos más emblemáticos de Donald Trump. No obstante, el mismo fue quien incremento las tensiones al grado de que fueran necesarias las reuniones para desarmar la situación. El famoso tuit de Trump sobre Kim Jong-un, refiriéndose a él como ‘rocket man’, resultó altamente polémico y diplomáticamente perjudicial. Lo más importante de un diplomático debe ser su cordura y estabilidad mental y emocional, simplemente no se puede dejar llevar por sus emociones (o temperamento en el caso de Trump) o sus orientaciones ideológicas o morales. Trump no mostró ningún control sobre su actuar, eso fue lo que lo volvió tan popular en primer lugar, pero no es algo característico de un diplomático.
Sumado a eso, debemos analizar más a fondo los encuentros para tener una mejor imagen de sus errores en materia de política exterior. Ya que, en las negociaciones, el mismo cedía sin que Corea del Norte cumpliera con su parte del acuerdo con Trump. Axelrod (2019) reportó como la administración de Donald Trump había cancelado en su totalidad los ejercicios de gran escala con Corea del Sur, con el objetivo de mejorar las relaciones con Corea del Norte, sin embargo, el gobierno norcoreano nunca demostró – ni siquiera – alguna intención de cumplir, aunque fuera de manera limitada, con las exigencias estadounidenses. Como era de esperarse, Trump no logró ningún cambio significativo en las relaciones entre Washington y Pyongyang (capital de Corea del Norte). Tampoco se firmó un tratado de paz, que hubiera sido más significativo, ya que ambos países continúan ‘técnicamente’ en guerra debido a que la Guerra de Corea terminó con un armisticio, no un tratado de paz.
Ahora, se ha reportado que Trump, si es que fuera a ganar las elecciones presidenciales del 2024, piensa ceder aún más ante el régimen norcoreano. Ward (2023) escribió que “Donald Trump está considerando un plan para dejar que Corea del Norte se quede con sus armas nucleares y [solamente] ofrecer al régimen incentivos financieros para que deje de crear nuevas bombas”. Esto sería solo una jugada política que no buscaría ningún logró diplomático, sino un simple complacimiento del líder norcoreano Kim Jong-un. Claramente, las tensiones continúan hasta la actualidad dado el mediocre manejo de Donald Trump de su acercamiento con Kim Jong-un.
Los líderes en la realidad geopolítica
El mundo no gira en torno a los líderes, en realidad los líderes reaccionan ante el mundo en el que se encuentran. Todos los países cuentan con imperativos geopolíticos que deben intentar cumplir, las tácticas que implementarán para intentar cumplir con esos objetivos son lo único que dependerá fuertemente de los líderes. Todos los regentes de los diversos Estados y países en la tierra están sujetos a las realidades geopolíticas de sus países y las realidades políticas de sus gobiernos y regímenes políticos. Trump, aunque buscará ceder ante Putin para terminar con la Guerra en Ucrania no podría lograrlo, dado que existiría demasiada presión para que pudiera cumplir con tal objetivo político. Claro, en el caso de que fuera a lograrlo, las repercusiones geopolíticas serían desastrosas y las consecuencias para él mismo incrementarían, debido a que sería visto como un traidor. Un presidente puede iniciar una guerra, pero difícilmente podría terminar una como mejor le plazca a él ya sus objetivos personales.
Pensar que la Guerra de Ucrania, terminaría en 24 horas si Estados Unidos dejará de enviar armamento y capital para suministrar el país sería ilógico, dado que Ucrania todavía podría resistir sin el apoyo por varias semanas, sino es que meses. De igual manera, Estados Unidos no es el único interesado en que Ucrania gane, también existen otros jugadores geopolíticos en el tablero europeo como Turquía y Polonia, cuyo comportamiento cambiaría drásticamente si Estados Unidos se retirará de Ucrania.
Por otro lado, hay que analizar bajo que contextos se realizan las decisiones que toman los líderes internacionales. En el caso de Afganistán, ya no existía una necesidad estratégica estadunidense por mantenerse ocupado en el país y continuar invirtiendo recursos. Al observar el panorama completo, respecto al involucramiento de Washington en Afganistán, dos elementos ascienden a gran importancia: Ucrania y el carácter ideológico-político del Talibán. Anteriormente, en 2001, el Talibán era un movimiento político-militar cuya ideología principal era imperialista, eso se reflejo principalmente en su alianza con Al-Qaeda y Osama bin Laden, quien buscaba crear un Imperio Islámico que incorporará territorialmente a Asia Central, el Oriente Próximo, el Norte de África, el Cáucaso, los Balcanes y múltiples regiones más. Haber subestimado dicho movimiento ideológico hubiera sido un error fatal para Estados Unidos dentro de 2 o 3 décadas. Varias potencias como Alemania (específicamente sus Segundo Reich y Tercer Reich) y la Unión Soviética surgieron de movimientos nacionalistas o ideológicos.
Sin embargo, para el 2020, el contexto doméstico de Afganistán se había transformado profundamente. El carácter ideológico del Talibán ahora era el Deobandismo – una ideología antimperialista, contraria a la ideología imperialista que los regia en la década de 1990 y principios del 2000 – y han cambiado sus objetivos geopolíticos para enfocarse en temas domésticos, orientados principalmente en la construcción de un Estado y mejorar la economía afgana (Wyss, 2023). Este cambio fue algo que muy probablemente contribuyo a que Estados Unidos dejará Afganistán, para enfocarse en otras áreas de mayor importancia debido a su desarrollo geopolítico. Al estar centrados al interior de su país, el Talibán dejó de ser una amenaza para la seguridad nacional estadounidense y la de otros Estados, como China. Ahora, la única amenaza es el Estado Islámico de Jorasán o ISIS-K (por sus siglas en inglés), el cual es la antítesis de la ideología antimperialista del Talibán, pero su tamaño y capacidades solamente lo hacen una amenaza para el gobierno talibanes, no para el estadounidense o el chino. Consecuentemente, el objetivo táctico de Estados Unidos de evitar que el movimiento islámico-imperialista se desmantelará y debilitará, se había cumplido. Sumado esto al desarrollo del ambiente geopolítico-militar europeo, Estados Unidos no podía arriesgarse a que Rusia invadiera Ucrania mientras todavía continuaba en Afganistán, la única opción era salirse como pudiera. Después de todo, la invasión rusa de Ucrania sucedió tan solo 5 a 6 meses después de que Estados Unidos dejará Afganistán por completo.
Trump no salvaría al mundo
Con esto en mente, Trump difícilmente podrá salvar al mundo al terminar las guerras en Europa y Oriente Próximo, incluso se esperan más conflictos en áreas como los Balcanes. El panorama geopolítico internacional esta marcado por una serie de transiciones y crisis internas sumadas a dilemas económicos. El mundo esta actualmente viendo el inicio de una nueva era, en la que la competencia geopolítica será mucho más común que en las últimas 3 décadas. También estamos viendo el ascenso de nuevas potencias regionales y veremos a continuación el ascenso de muchas más, lo que a su vez causará nuevas fricciones o confrontaciones geopolítico-militares. Lo único que podría hacer un presidente estadounidense, y no importa si sea Trump o no, es postergar conflictos o apaciguar algunos, pero muchos se escaparán de las manos del gobierno estadounidense. Esto debido a que el gobierno norteamericano no es tan omnipresente como se suele pensar y no esta en control de todos los desarrollos políticos y geopolíticos en el mundo. Desde una perspectiva analítica de Trump, el expresidente estadounidense carece de la inteligencia y la disciplina diplomática para lidiar con estos dilemas y sucederán bajo su mandato, lo quiera él o no.
Referencias
-Axelrod, J. (2019, 1 marzo). Trump administration to end major military exercises with South Korea: report. Military Times. Recuperado 10 de diciembre de 2023, de https://www.militarytimes.com/news/pentagon-congress/2019/03/01/trump-admin-to-end-major-military-exercises-with-south-korea-report/
– Kanno-Youngs, Z. (2020, 16 noviembre). Refugees Who Assisted the U.S. Military Find the Door to America Slammed Shut. The New York Times. Recuperado 13 de diciembre de 2023, de https://www.nytimes.com/2020/10/18/us/politics/trump-refugees-iraq-afghanistan.html
– Olmo, G.-D. (2021, 17 agosto). Afganistán | Qué es el Acuerdo de Doha firmado entre el gobierno de Trump y el Talibán y por qué ha sido clave para que los islamistas recuperen el poder. BBC News Mundo. Recuperado 13 de diciembre de 2023, de https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-58239054
– Ward, A. (2023, 13 diciembre). Trump considers overhauling his approach to North Korea if he wins in 2024. POLITICO. Recuperado 14 de diciembre de 2023, de https://www.politico.com/news/2023/12/13/trump-north-korea-nuclear-weapons-plan-00131469
– Wyss, J.-T. (2023, 17 julio). Rebels with a Cause: Islamic State-Khorasan and the Taliban’s Next Steps Toward Legitimacy. Harvard International Review. Recuperado 13 de diciembre de 2023, de https://hir.harvard.edu/rebels-with-a-cause-islamic-state-khorasan-and-the-talibans-next-steps-toward-legitimacy-2/